PREMIO AMBAR

Las ONG del Programa Antítodo, vuelve a solicitar la prohibición del diclofenaco y el flunixino en uso veterinario.

  • Tras el hallazgo del primer buitre muerto por diclofenaco en Europa, la ONG ha enviado una carta al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, con copia al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social y a la Comisión Europea, exigiendo la retirada de estos medicamentos de uso veterinario.
  • Las ONG apuntan que la gestión de las poblaciones de buitre por parte de España ha sido reconocida internacionalmente; pero advierte que esta exitosa conservación de especies amenazadas puede verse seriamente afectada por el uso de estos dos productos que, además, cuentan con sustitutos igual de eficaces, mucho menos nocivos y de similar precio en el mercado.

Las ONG del Programa Antídoto, una coalición que agrupa a las principales organizaciones de defensa de la naturaleza españolas que trabajan para evitar el envenenamiento de fauna silvestre [1], así como las intoxicaciones con productos de uso legal, ha enviado una carta al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, con copia al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social y a la Comisión Europea, exigiendo la retirada de estos fármacos de uso veterinario.

Un estudio publicado en abril por la revista científica Science of the Total Environment  ha demostrado que el uso del diclofenaco en el sector ganadero puede causar la muerte de aves necrófagas como la del buitre negro encontrado el pasado mes de abril, que confirmó el primer caso en España y en Europa del impacto de este fármaco. El buitre negro es una especie catalogada como “Vulnerable” en España, llegando a ostentar la categoría de “En Peligro” en determinadas comunidades autónomas según los Catálogos de Especies Amenazadas existentes a nivel nacional y regional, respectivamente.

Por todo ello, las ONG del Programa antídoto han solicitado al Gobierno de España que inicie de inmediato las gestiones que prohíban el uso veterinario del diclofenaco y del flunixino. Ya desde 2014, SEO/BirdLife viene reiterando esta petición por el grave riesgo que su uso entraña.

En la actualidad, el uso de estos fármacos podría estar detrás de la pérdida de múltiples ejemplares de buitre sin contabilizar, debido a la complejidad de la localización sus cadáveres en el medio natural. “De hecho, si conocemos la muerte por intoxicación del citado buitre negro es porque formaba parte del programa de reintroducción de la especie en Catalunya, y había sido marcado a tal efecto por GREFA”, confirma la organización.

Elevada toxicidad

Existen sólidas evidencias sobre la elevada toxicidad del diclofenano y del flunixino para los buitres. De hecho, su uso está asociado a la muerte de centenares de miles de ejemplares en el sur de Asia, llevando a varias especies al borde de la extinción en apenas una década.

“España no puede permitirse asumir un riesgo similar. Nuestro país es fundamental en la conservación de los buitres, dado que alberga las mejores poblaciones continentales e incluso algunos de los mejores reductos mundiales de alimoche, buitre negro, buitre leonado y quebrantahuesos, las únicas 4 especies de buitres europeos. Nuestra responsabilidad, por tanto, es internacional y más aún cuando se está fomentando la retirada de los dos fármacos en países limítrofes”, afirma Sara Cabezas técnica del área de conservación de SEO/BirdLife

Situación en España

A pesar de la relevancia en la conservación de estas especies, España es uno de los pocos países de la Unión Europea que ha autorizado el uso de este tipo de productos, aunque existen otros antiinflamatorios disponibles mucho menos peligrosos para las especies de aves necrófagas, con similar eficacia y de similar coste.

Para las ONG del Programa Antídoto, más allá de la conveniencia de su prohibición como medida de conservación de estas aves, “la autorización de sendos productos en nuestro país podría ser objeto de incumplimiento normativo, especialmente en el caso de la Ley 26/2007 de Responsabilidad Medioambiental”. Además, recuerdan que la legislación exige a la Agencia del Medicamento, y a las empresas farmacéuticas que lo fabrican, la carga de la prueba sobre su significatividad y, en su defecto, insta a aplicar el principio de precaución.  También existen salvaguardias medioambientales a través del nuevo Reglamento de la UE sobre medicamentos veterinarios de 2019 que no se están teniendo en cuenta.

Las ONG pertenecientes al Programa Antídoto ya advirtieron de la posibilidad de que materiales contaminados llegaran a la cadena trófica y que su efecto tardaría en ser advertido; y subrayan que las medidas de control que exige la normativa se han mostrado en buena parte ineficaces y no son garantía suficiente para la seguridad de la fauna salvaje.

Evidencias del flunixino

Las entidades del Programa Antídoto destacan que un reciente estudio sobre la incidencia de los Antinflamatorios no esteroideos (AINES) en los buitres ibéricos (Herrero-Villar et al 2020) evidencia el riesgo de este fármaco, dado que produce los mismos efectos mortales sobre un porcentaje significativo de buitres leonados en España. Sin embargo, en la actualidad, ni el prospecto ni la ficha técnica del flunixino recogen el peligro que supone para la fauna silvestre.

El Programa Antídoto nace en 1997, fruto de la preocupación de las principales entidades de defensa de la naturaleza por la repercusión catastrófica del veneno sobre importantes especies amenazadas. Está formado por nueve organizaciones: Ecologistas en Acción, WWF España, el Fondo para la Protección de los Animales Salvajes (FAPAS), la Fundación Oso Pardo (FOP), la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos (FCQ), el Grupo para la Recuperación de la Fauna Autóctona y su Hábitat (GREFA), la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife), la Sociedad Española para la Conservación y Estudio de los Mamíferos (SECEM) y la Asociación Veterinaria para la Atención a la Fauna Exótica y Silvestre (AVAFES– Canarias).