Mataderos móviles para el mundo rural.

La entrada en vigor en el año 2005 de la normativa europea en materia de higiene alimentaria, norma muy exigente en cuanto a la calidad y condiciones de los mataderos, obligó a cerrar la mayor parte de los mataderos que existían en Aragón. Para poder permanecer abiertos y en funcionamiento los mataderos tenían que realizar costosas reformas que en muchos casos no pudieron acometer, por lo que se vieron obligados a cerrar. Se pasó de tener en Aragón 125 mataderos en 2005, a los 56 que hay en la actualidad. Esto ha supuesto la pérdida de puestos de trabajo en las zonas rurales, el incremento de los costes a los ganaderos (transporte de animales y gestión de certificados sanitarios), así como la pérdida de calidad de la carne. Una empresa Sueca (Halsingestintan) ha puesto en marcha una iniciativa de mataderos móviles con el fin de mejorar el bienestar animal y la calidad de la carne. El objetivo es evitar que el animal sufra estrés en el transporte y en el manejo hasta llegar al matadero, evitando la pérdida de calidad de la carne y la reducción de costes para las explotaciones ganaderas. La empresa puso en marcha su primer matadero móvil en 2015 y quiere extenderlo a Francia en 2017. En Cataluña llevan bastante avanzado la puesta en marcha de un proyecto similar. Posiblemente para final de año se aprobará la Ley de Venta de Proximidad de Productos Agroalimentarios en Aragón promovida por la FCQ y el Ayuntamiento de Aínsa, así como otras entidades. La Ley quiere promover y fomentar la venta local y directa en cadenas cortas de distribución, con el fin de mejorar los resultados económicos de las explotaciones agrarias y ganaderas a través de una mayor participación en la comercialización de sus productos, primarios o transformados, con el consiguiente incremento de valor añadido, diversificando así sus fuentes de ingresos y contribuyendo a dinamizar el medio rural. Desde la FCQ nos parece una idea innovadora la puesta en marcha de mataderos móviles, que en muchas áreas rurales podrían dan un servicio que ahorraría costes a los ganaderos, mejoraría el bienestar animal y la calidad de la carne que podría dar un valor añadido al territorio. El mantenimiento de las explotaciones ganaderas extensivas es clave para la conservación de algunos ecosistemas de las montañas aragonesas. Los restos cárnicos de los mataderos móviles podrían ser aprovechados para abastecer la red de comederos de aves necrófagas de Aragón, contribuyendo así a la conservación de varias especies amenzadas.