Quebrantahuesos muerto

Demasiadas muertes de fauna en tendidos eléctricos.

ANSAR denuncia la muerte de una cigüeña negra electrocutada en un poste de Cinco Villas y llama la atención del gran número de aves víctimas de la dejadez de los propietarios de los tendidos y las administraciones públicas. Sólo en el 2022 se registraron 574 muertes por electrocución.

El pasado diez de octubre, en una salida de campo rutinaria por Cinco Villas, al circular por la carretera CHE-1501 a la altura de Valareña, activistas de ANSAR relatan que observaron «un ave grande, de color negro, colgando de un poste de un tendido eléctrico; por la disposición de los cables era casi seguro que había muerto electrocutada. Lo grave es que, al consultar datos, ya en el mismo poste en octubre de 2022 habían aparecido tres ejemplares de cigüeña blanca muertas por la misma causa».

Esta vez era solo un ejemplar, pero añaden desde la entidad: «al aproximarnos comprobamos que era ¡una cigüeña negra! especie muy rara en Aragón y catalogada en peligro de extinción. Ahora colgaba muerta atrapada entre los cables de un poste de reconocida letalidad que seguía sin corregirse».

Para ANSAR: «es doloroso ver como este tipo de siniestros se vuelven a repetir, en este caso después de un año. Cómo la dejadez, la inacción o la falta de escrúpulos del propietario de la línea y de las administraciones responsables de la conservación de la biodiversidad y de la supervisión de líneas eléctricas, siguen provocado muertes por no haber aislado el poste, aunque realmente se deberían haber aislado todos los postes de ese tendido en concreto, caracterizados como peligrosos por la disposición de los cables y los aisladores».

Desde la asociación naturalista recuerdan que la mayoría de las aves que mueren en los tendidos eléctricos son especies legalmente catalogadas, y protegidas por la ley, algunas en peligro de extinción.

Casos similares podrían relatarse muchos, constatando la sangría que suponen los tendidos eléctricos mal aislados. En julio de 2022 en un poste cercano a la localidad de Gallur se electrocutaron tres ratoneros, un poste de los miles que hay repartidos por toda nuestra geografía aragonesa y que los propietarios de las líneas, bien sean empresas o particulares tienen la obligación de aislar para evitar más muertes. Sobre este incidente añaden que «a las pocas semanas apareció otro ejemplar más. Pues bien, este primero de octubre volvimos a pasar y hemos encontrado otra rapaz al pie del poste, posiblemente también electrocutada ¿cómo es posible que haya pasado más de un año y todo siga igual? Alguien no está haciendo su trabajo».

Datos oficiales de mortalidad por causa de electrocución. Elaboración: ANSAR

En la Comarca de Cariñena, un solo poste de un tendido eléctrico ha causado, denuncian, la muerte de 17 aves rapaces, entre las que se encuentran ratonero, águila culebrera, búho real, milano real, milano negro y azor.

Otro dato flagrante por la dejadez que denota es un tendido en la misma comarca. El 28 de octubre de 2021 se constató el primer dato de electrocución; pues bien, todavía en mayo de 2023 ha causado bajas en especies protegidas. «Han pasado nada menos que 2 años y todo sigue igual ¿hasta cuándo?» se preguntan desde ANSAR.

Las electrocuciones en la fauna salvaje se producen desde hace años. Las más afectadas son las aves de mediano y gran tamaño como buitres, cigüeñas, águilas reales y culebreras, milanos, ratoneros, búhos reales… aunque en algunas circunstancias también se producen en aves pequeñas como el cernícalo.

Según los datos oficiales del Centro de Recuperación de Fauna Silvestre del Gobierno de Aragón, en 2021 se contabilizaron casi 500 bajas por electrocución, pero es que en 2022 fueron nada menos que 574 víctimas las que murieron a causa de estos tendidos que proliferan cada día más en nuestros campos. En cinco meses, de enero a mayo de 2023, ya habían muerto por esta causa 310 aves, de seguir a este ritmo, según cálculos de la entidad, es posible que se supere las cifras de años anteriores. En su opinión «esto va a seguir a más, pues los tendidos eléctricos están proliferando con la instalación de tendidos y torres para los parques eólicos y solares, bombeos de regadío, granjas…»

Hay que recordar que las aves que se encuentran abatidas por electrocución son un pequeño porcentaje de las que realmente mueren ya que muchos postes no se vigilan o son difícilmente accesibles y los cadáveres pueden ser depredados desapareciendo al cabo de un tiempo, incluso en pocas horas o días.

También hay que señalar que los tendidos eléctricos matan de dos maneras, la primera y más grave es cuando el ave cae electrocutada en un apoyo, y la solución es proceder a su aislamiento si se quieren evitar más muertes. Si hay interés se soluciona rápidamente y en pocos días. Esto sucede en líneas de baja tensión donde los cables están próximos entre sí. La otra forma en la que matan estos tendidos es por colisión del ave con los cables y esto sería motivo de otro análisis.

Reiteran que «las líneas eléctricas tienen dueño, y es este el que tiene que poner los medios para solucionar el problema y evitar más muertes, ya que de no hacerlo, podría incurrir en un delito contra la fauna silvestre. Y la administración puede exigir la solución amparada en la legislación sobre tendidos eléctricos peligrosos o en la Ley de Responsabilidad Ambiental. Y de forma urgente máxime cuando hay reiteración y se observa la letal disposición de los cables».

Desde las asociaciones ecologistas vienen señalando de forma reiterada los datos de electrocución. La próxima denuncia, y no será la última, «va a ser por la muerte por reiteración del apoyo donde murió la cigüeña negra». ANSAR exige que se aísle de inmediato «y que no tengamos que lamentar otra muerte más en ese mismo poste».

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