Los tríos y cuartetos sexuales del quebrantahuesos.

Por primera vez observan en Pirineos tríos de dos machos y una hembra También han visto grupos de cuatro, con dos machos y dos hembras Los guardianes de las grandes autopistas para las aves El buitre negro aprende a ser libre Los biólogos que estudian la vida sexual de los animales han visto de todo. La forma en que se aparean y se reproducen las distintas especies es un asunto bastante investigado pero de vez en cuando se siguen sorprendiendo, como ha ocurrido ahora en el Pirineo aragonés. La mayor parte de las aves rapaces son monógamas pero algunas, como el quebrantahuesos, el alimoche o el aguilucho cenizo hacen tríos de vez en cuando. Lo habitual es que se junten dos machos y una hembra (cría poliándrica lo denominan), así que lo que ha llamado su atención es detectar por primera vez en esta zona de la Península ibérica tríos de quebrantahuesos (Gypaetus barbatus) compuestos por dos hembras y un macho, un comportamiento que, según explican los autores de este estudio, hasta ahora sólo se había observado en una ocasión en Los Alpes. Su investigación, publicada en la revista Bird Study, ha analizado datos recogidos entre 1994 y 2017 por la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos, la Universidad de Valencia y la empresa Icarus. Según explica Pascual López, coautor del trabajo e investigador posdoctoral de la Universidad de Valencia, durante ese periodo observaron en dos ocasiones casos de poligamia entre dos hembras y un macho (en biología se llama apareamiento poligínico). Los tríos no son algo raro en esta especie: “Aproximadamente dos tercios de los quebrantahuesos son monógamos y un tercio polígamos poliándricos, pero lo novedoso es que por primera vez hemos visto dos hembras con un macho”, dice López en conversación telefónica. “También hemos observado un cuarteto de dos hembras con dos machos que estuvieron en el mismo nido desde 2011 a 2017, y aún siguen, pero sin sacar pollos adelante. Y hasta ahora habíamos visto, sólo de forma muy ocasional, grupos de cuatro individuos compuestos por tres machos y una hembra”, detalla. Lo saben porque anillan los quebrantahuesos y ponen marcas alares de lectura a distancia para hacer un seguimiento de su comportamiento y así pueden saber qué ejemplares hay en cada nido. Una especie muy grande y longeva El quebrantahuesos es una especie muy peculiar: “Junto con el buitre negro, es la rapaz más grande de Europa. Llega a tener casi tres metros de envergadura, mide casi como un coche”, compara el biólogo. Es también muy longeva, pues pueden llegar a los 50 años, el doble de lo que suele vivir el águila real. Viven mucho tiempo, pero las crías también tardan mucho en ser autónomas y abandonar el nido, en parte debido a que su alimento es difícil de conseguir pues comen el tuétano de los huesos de animales como el rebeco o el ciervo. “También alcanzan su madurez sexual muy tarde. Hasta los siete o 10 años no se reproducen, y les cuesta mucho. Empiezan en noviembre y terminan en julio porque incuban el huevo de 53 a 60 días”, dice el biólogo. Además, “el pollo tarda mucho en salir del nido, unos 120 días, que es el máximo para una rapaz”. A modo de comparación un águila real se marcha a los 75-80 días. Si hay una explicación clara para estos tríos reproductivos con dos hembras y un macho aún no la tienen, aunque hay varias teorías que barajan. Una de ellas es que, debido a la recuperación de las poblaciones de esta especie protegida desde los años 80, “cada vez hay más ejemplares en Pirineos y se está produciendo un fenómeno de saturación” de la población. “Hemos visto que hay ejemplares de 20 años que aún no se han reproducido porque no encuentran un lugar adecuado para asentarse. Una forma extrema de intentar reproducirse es formar tríos y cuartetos”, afirma López. “No estamos muy seguros, pero creemos que lo que hacen es ocupar un territorio ya ocupado por otros ejemplares esperando heredarlo cuando éste muera debido a la densidad de población”, apunta, por su parte, Juan Antonio Gil, presidente de la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos. Hay otra propuesta -que López no comparte-, que sostiene que, debido a que se instalaron comederos para que los quebrantahuesos encontraran huesos con los que alimentarse fácilmente y frenar su declive, se ha impedido que la población se expanda a otras sierras donde antes estaba. “Una muestra de que los comederos no son la causa directa de este tipo de reproducción poligámica es que también se ha documentado en otras poblaciones como el Himalaya o los Alpes, donde no hay comederos específicos” argumenta el científico. No obstante, dice el biólogo, que hayan visto tríos formados por dos hembras y un macho puede deberse simplemente a que “ahora sabemos más de la especie porque hacemos más seguimiento de campo”. La recuperación de la especie El Pirineo aragonés ha pasado de tener 30 parejas (o unidades reproductoras) en 1989 a las 89 que había en 2017. Tener una densidad alta de quebrantahuesos en esta región es, para Juan Antonio Gil, “una buena noticia” aunque subraya que el objetivo “no es sólo recuperar esa población, sino todas las de la Península”. Y es que esta rapaz habitaba todos los grandes sistemas montañosos ibéricos. En Andalucía, por ejemplo, se extinguió en los años 80 sobre todo, debido a casos de envenenamiento. Ahora están logrando que se establezca de nuevo en Picos de Europa: “Hicimos la suelta en 2010 y ya tenemos 20 ejemplares. Aunque de momento no se han reproducido, el año pasado hicieron la primera intentona”, señala. Uno de los obstáculos que encontraron en el programa de reintroducción es que, al principio, cuando los quebrantahuesos iban a Picos de Europa no se quedaban porque no había otros individuos y no tenían un referente social: “Son, además animales filopátricos, que quiere decir que a la hora de criar vuelven a la zona en la que nacieron”, explica Gil. “Ahora hemos logrado que los individuos se queden en Picos porque estamos consolidando un corredor natural y hay allí ya individuos”. Fuente: El Mundo (30-1-2018).