
Esperanza en las alturas: el quebrantahuesos, un tesoro renaciente en el Pirineo de Huesca.
Esta especie, que continúa en peligro de extinción, tiene en la cordillera pirenaica del Alto Aragón uno de sus grandes refugios.
SE LE conoce como el rey de los cielos del Pirineo, es una de las rapaces más grandes de Europa, pero también, una de las más amenazadas. El quebrantahuesos, uno de los tesoros del mundo animal, ha conseguido remontar el vuelo, al menos de momento, tras el alarmante descenso de ejemplares registrado años atrás debido al uso indiscriminado de venenos y escopetas.
Este ave en grave peligro de extinción ha desaparecido de varias regiones donde antes proliferaba, pero el Pirineo de Huesca es uno de los mejores lugares del mundo para observar quebrantahuesos, una rapaz que se alimenta de los esqueletos de animales muertos.
En Aragón, la cantidad de estas aves se ha duplicado en los últimos 20 años. Los ejemplares habitan en el Pirineo y Prepirineo y en el Sistema Ibérico y componen una población constituida por, al menos, 87 unidades reproductoras de las que un cuarto aproximadamente están formadas por tríos. Además, unos 21 pollos de quebrantahuesos salieron adelante en la Comunidad el año pasado, según los últimos datos del Gobierno de Aragón.
Si se echa la vista atrás, las cifras actuales pueden ser esperanzadoras, aunque resultan preocupantes, tal y como plantea Nacho Arizón, presidente del Grupo Ornitológico Oscense (GOO). De hecho, la especie está catalogada en peligro de extinción en el Catálogo Español de Especies Amenazadas.
Nacho Arizón recuerda que en los años 80 tan solo quedaban en toda España 32 grupos reproductores, con tres o cuatro aves en cada uno de ellos. Según los datos que maneja Seo Bird Life, hoy la cifra a nivel nacional oscila entre los 1.200 y los 2.000 ejemplares, estando 1.000 de ellos en los Pirineos.
La provincia de Huesca, donde se estima que, aproximadamente, hay unos 600 quebrantahuesos, es uno de sus grandes refugios, el lugar que puede salvar a esta especie adorada en la Edad Media. En aquel entonces se les consideraba como el fénix legendario, por sus curiosos ojos rojos y su plumaje naranja, y se creía que el quebrantahuesos era un signo de regeneración física y espiritual.
Desde 1994, el ‘Plan de Recuperación del Quebrantahuesos’ ha trabajado para proteger una población en extinción. El Gobierno de Aragón también ha puesto en marcha acciones para sacar adelante a estas aves en la Comunidad de manera coordinada con los Agentes de Protección de la Naturaleza (APN) y la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos. Se trata de programas de control de puestas y de cría de pollos en cautividad, aves que luego se sueltan en el medio natural. En la actualidad, también se le puede observar en la cordillera Cantábrica, (donde ha sido reintroducido gracias a ejemplares oscenses), los Pirineos, los Alpes (donde también ha sido reintroducido), norte de África, el Gran Valle del Rift, Sudáfrica, Grecia y desde Anatolia hasta los montes Tian Shan y el Himalaya.
Sello postal en su honor para animar a su conservación
Nacho Arizón rompe una lanza por la conservación de este buitre blanco y negro, cuyo pecho luce anaranjado debido a que se suele bañar en aguas ferruginosas y rozarse con las rocas. De hecho, el Grupo Ornitológico Oscense acaba de editar un sello postal de quebrantahuesos con el objetivo de dar más visibilidad a estas aves y ayudarles a salir de su delicada situación de conservación.
Además, el grupo se ha propuesto dar forma a una exposición compuesta por sellos de todo el mundo con la imagen del quebrantahuesos, una muestra que espera poder exponer en Huesca a finales de año.
El presidente del Grupo Ornitológico Oscense plantea que la especie se está recuperando en toda Europa, especialmente en los Alpes y los Pirineos, gracias a proyectos de reintroducción, la protección de sus nidos y otras medidas.
El apoyo de amplios sectores de la sociedad “ha sido fundamental”, indica. Sin embargo, a nivel global el quebrantahuesos sigue con graves problemas de conservación.
Nacho Arizón explica que el lema del sello es ‘Regresando del borde de la extinción’, “pero sabemos que su supervivencia no está garantizada”. “La situación del quebrantahuesos en amplias áreas del globo (Mediterráneo, el sur de África y zonas de Asia) no es positiva. Aunque las reintroducciones en montañas como los Alpes y los Picos de Europa han sido muy positivas, no podemos confiar en que el quebrantahuesos se va a recuperar sin más ayuda”, advierte el experto.
El Grupo Ornitológico Oscense piensa que cualquier iniciativa que dé voz a la difícil situación del quebrantahuesos puede ayudarle. Por ello, la asociación ha decidido emitir este sello postal conmemorativo que va acompañado de dos postales.
La primera postal es un adelanto a la exposición mundial de sellos de quebrantahuesos que se está organizando. La segunda es conmemorativa del muladar de Tiacuto en Nueno. El Grupo Ornitológico Oscense lleva 10 años trabajando en este muladar, con aportaciones de comida suplementaria cada quincena para las aves carroñeras. De hecho, el quebrantahuesos come con regularidad en este muladar.
Desde el GOO confían en que sus iniciativas contribuyan a una mayor valoración del quebrantahuesos e indirectamente a su recuperación.
“El objetivo de la edición del sello y de las postales es contribuir a la divulgación del quebrantahuesos, algo imprescindible para su conservación. Esperamos que todo ayude a valorar mejor la situación del singular quebrantahuesos”, afirma su presidente.
Por otro lado, como estudioso de las aves, Nacho Arizón indica que los quebrantahuesos que viven en el Pirineo son reacios a salir de este territorio. “Llegan algunos ejemplares procedentes de los Alpes, pero no tanto al revés”, apunta. Pese a ello, se registra un flujo de quebrantahuesos, algo que resulta fundamental “para que haya más diversidad y no se registre tanta consanguinidad, para que no sean todos de la misma rama”.
Además, hay movimiento de estas aves de los de Pirineos por el eje de del Mediterráneo hacia Andalucía y hacia Cantabria. Entre los programas de reintroducción alude también al que se inició en el Maestrazgo que, de momento, está paralizado porque nada más comenzar se empezaron a instalar molinos de parques eólicos en esa zona. Estos dispositivos, junto a los tendidos eléctricos, son otra de las amenazas que acechan a estas y a otras muchas aves.
Por desgracia, apunta Nacho Arizón, algunas de estas aves aún siguen cayendo a tiros, tal y como sucedió en agosto de 2024 en Nerpio (Albacete), cuando un cazador murciano disparó a un ejemplar único bautizado como ‘Lopezosa’. Este quebrantahuesos murió con 32 proyectiles de plomo en su cuerpo y era uno de los tan solo 17 pollos que han nacido en libertad tras la reintroducción de la especie en esa zona hace 18 años, en 2006.
“Esto es algo puntual pero muy serio y a tener muy en cuenta”, apunta el experto, que añade que durante años “se luchó contra las rapaces al considerarlas una amenaza, sobre todo para los cazadores”.
Sin embargo, expone que los quebrantahuesos son los sanitarios del campo y que tienen un papel destacado en la cadena trófica. “El quebrantahuesos siempre llega el último para comer porque le gustan los huesos. No discute con nadie en este sentido. Se pueden comer un animal, por ejemplo, con una enfermedad concreta y, sin embargo, su aparato digestivo digiere la comida, pero no transmite los virus”, plantea.
Un ecomuseo para concienciar y con ejemplares vivos
El ‘Ecomuseo de la Fauna Pirenaica’ de Aínsa está gestionado por la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos, entidad con diferentes sedes en el territorio nacional. Este espacio museístico, ubicado en la plaza del Castillo, en la Torre del Homenaje, cuenta con una exposición permanente en la que se recrean tres ecosistemas del Pirineo con con maquetas hiperrealistas. Además, se puede ver la proyección audiovisual “Las montañas del quebrantahuesos. Biodiversidad pirenaica, tesoro vivo”.
El Ecomuseo dispone además de un parque zoológico que ofrece una exposición guiada sobre aves rapaces incapacitadas para vivir en libertad, entre las que se encuentra una pareja de quebrantahuesos llamados ‘Huesos’ y ‘Montañesa’. Se suman a ellos dos águilas culebreras y dos búhos reales, con los que se realiza también la labor de educación ambiental con los visitantes y de cría en cautividad.
Las instalaciones del Ecomuseo ofrecen también un servicio de visitas guiadas durante los meses de julio y agosto a su comedero de aves rapaces necrófagas, donde acuden buitres, quebrantahuesos, alimoches y milanos
Sin duda, las labores de concienciación y educación ambiental son fundamentales para proteger a los quebrantahuesos, una de las aves más amenazadas en la Península Ibérica, catalogada en Peligro de Extinción y cuya principal población se encuentra en la cordillera de los Pirineos oscenses.
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