Quebrantahuesos Coronavirus
El éxito de la recuperación del quebrantahuesos, de 39 a 88 parejas en 25 años en el Pirineo aragonés.
La Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos trabaja en la investigación y divulgación de esta especie de la que apenas se conocía nada y reúne todos los conocimientos en un libro.
Hace 25 años ni siquiera se sabía cuál era la temperatura de incubación de los huevos de quebrantahuesos (Gypaetus barbatus) pero, en este tiempo, la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos (FCQ) ha innovado un sistema de cría en cautividad de pollos en completo aislamiento humano, que ya se copia para otros proyectos con la especie, por ejemplo en Suráfrica. Con una marioneta o señuelo de apariencia real, alimentan e interactúan con un pollo de un huevo rescatado del nido tras comprobar que la puesta tiene un alto riesgo de perderse. Además, se pone en valor un modelo de colaboración público-privada, impulsado por la Fundación, por el quese han unido administraciones públicas con las privadas para lograr resultados. Son algunos de los avances en el conocimiento de esta especie que se recogen en el libro “El Quebrantahuesos y sus montañas: Biología y conservación”, donde se recopila todo lo que se sabe hasta ahora.
“Cuando empezamos en 1995 la situación no era tan alarmante como en los años 70, que estuvo a punto de desaparecer, pero seguía siendo crítica en los Pirineos”, comenta Juan Antonio Gil, de la Fundación con sede en Aínsa. Fue en esa década cuando Félix Rodríguez de la Fuente descubrió algunos territorios de cría, que incluso grabó por primera vez en San Juan de la Peña. Ahora, “podemos decir que la situación es bastante mejor aquí, pero en todo en el resto del país y Europa sigue estando en peligro de extinción”.
“El quebrantahuesos es probablemente el ave más emblemática del Pirineo y está considerada como una de las especies estrella de la conservación en España”, indican Juan Antonio Gil, Gerardo Báguena y Óscar Díez en este libro, financiado por el Consejo de Protección de la Naturaleza de Aragón. Se puede adquirir en el Eco Museo de Aínsa, en su web o incluso permite la descarga gratuita.
En estos momentos, hay 88 parejas reproductoras en el Pirineo aragonés frente a las 39 de hace 25 años. En general, en toda la cordillera de España y Francia hay 180, por lo que más de la mitad se concentran en Aragón. Por otro lado, comenzaron con la reintroducción de la especie en Picos de Europa, donde este año se van a liberar cinco pollos. Pero lo más importante es que este año ha nacido el primer quebrantahuesos en dicho el Parque Nacional. Además, quieren reintroducir también la especie en Teruel y en la sierra de Gredos. Para salir del peligro de extinción y pasar a la categoría de especie vulnerable tendría que haber unas 500 parejas en toda España, indica Gil. La reintroducción en otros lugares de la península tiene su sentido. “Si llegara un virus y los ejemplares están concentrados en un macizo, peligraría toda la población”, ejemplifica.
El trabajo no es fácil porque los quebrantahuesos tienen una larga vida. Viven unos 20 años y alcanzan su capacidad reproductora entre los 6 y los 10 años, pero además solo ponen una cría al año. Entre diciembre y febrero se reproducen y los pollos vuelan entre junio o julio.
“Hemos ido innovando tanto en el campo de la gestión de la especie como de la investigación. Y para todos es importante porque con la investigación se puede hace una mejor gestión”, remarca. Uno de esos resultados es el mencionado sistema de cría en aislamiento humano, por el que no es necesario tener ejemplares reproductores. Fue la adaptación de un sistema que ya habían realizado con alguna otra especie como el cóndor en los Andes o en California. “Se desconocía cómo se podía criar sin la necesidad de tener ejemplares, porque no había en cautividad. Además, supondría un alto coste. Habría que mantenerlos todo el año frente a los seis meses de dedicación para sacar el pollo adelante”, indica Gil. Al mismo tiempo, se han conocido patologías gracias al manejo (por ejemplo malaria), por lo que el sistema aporta valiosa información que se recoge en el libro.
En cuanto a la gestión, “desde que nos constituimos en 1995 hemos tendido a colaborar con entidades públicas y privadas y hacer partícipes a los agentes del territorio”, indica Gil. Desde hace 25 años renuevan el convenio de colaboración con el Gobierno de Aragón y, a partir de allí, se ha implementado el plan de recuperación iniciado por esta administración. Es un Decreto Ley (45/2003), que establece un régimen de protección para la especie y fija como principal objetivo incrementar el número de ejemplares, de manera que se garantice la viabilidad genética y demográfica de la población pirenaica. “Hace 25 años la administración no tenía tantos medios ni personal, ni técnicos para desarrollar el plan. Ahora, hay más medios, que se han ido incorporando con innovaciones”, indica.
En estos primeros años fue fundamental dar a conocer la especie, de la que se sabía muy poco. “En este libro hemos sintetizado toda la información no solo nuestra sino también de otros investigadores y de entidades que han trabajado con la especie, pero sobre todo la información del Pirineo aragonés con la población de aquí, que es la más importante de toda Europa”, resalta.
Además, se han puesto en marcha programas de seguimiento, de investigación, de gestión, de sensibilización, de educación ambiental, de ecoturismo, de desarrollo rural… con los que se ha intentado mantener vínculos con las gentes el territorio y entidades locales. La Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos, con sede en Aínsa, donde tiene un Eco Museo de fauna pirenaica, ha llegado a acuerdos con el Club Atlético Sobrarbe (CAS), la BTT Zona Zero, la Asociación de Vacuno de Raza Pirenaica (Asapi)… así como otras entidades que colaboran con la conservación como Caja Rural de Aragón, la empresa aragonesa Trango, Bodegas Edra o el Grupo Cooperativo Pastores. El Eco Museo, abierto desde 1997, ha recibido medio millón de visitas, pero también se han puesto en marcha otras actividades de ecoturismo como las visitas al comedero de Aínsa. “Hay un público creciente interesado en la biodiversidad y se ha convertido en un atractivo más en la zona”, indica.
El modelo de colaboración público-privado lo han exportado también a Picos de Europa, donde han creado una marca que certifica la conservación de biodiversidad, gracias a un proyecto piloto del ministerio, a la que se han adherido 10 ganaderos. “Tienen que cumplir una serie de normas como que esté un tiempo en puerto y aportar los cadáveres para la alimentación de la especie”, indica. Todo ello está certificado y, a cambio, por el acuerdo que mantienen con dos grandes superficies y Paradores Nacionales, les adquieren el producto al doble del mercado porque quieren vender calidad. También exportarán este modelo, empezando por Teruel.
“Basta repasar el apartado de referencias bibliográficas de este libro para comprobar que la reciente historia de innegable éxito en la conservación de la especie es fruto de las aportaciones de multitud de personas, también de instituciones, que, dicho sea de paso, no siempre han coincidido en diversas cuestiones de gestión”, expone en el prólogo el jefe del Servicio de Biodiversidad del Gobierno de Aragón, Manuel Alcántara. “La recuperación de la especie se ha convertido en ejemplo referente de la conservación de la biodiversidad en España. El conocimiento que tenemos actualmente sobre la especie y la situación poblacional con la que contamos nos permite ser optimistas. Solo tenemos que seguir trabajando, y dejar que otros también lo hagan”, comenta. “La recuperación en el Pirine ha sido de libro”, indica Gil.
Fuente:
https://www.diariodelaltoaragon.es/NoticiasDetalle.aspx?Id=1213820