Canelito se desplaza al Este en busca de una hembra.

El único oso que conserva los genes de la población original de Oso pardo pirenaico, el macho Canelito, hijo de Canelle, que habitaba en la frontera de los Valles Occientales con Roncal y Baretous, se ha desplazado hacia Este en busca de la hembra que no tiene en el Oeste del Pirineo. | Los agentes de la Oficina Nacional de Caza y Fauna Salvaje francesa han registrado rastros de su ADN en la comuna de Estaing (con foto incluida el pasado 15 de agosto), y en los municipios Saint Lary o Luchon a lo largo de los últimos meses, tal y como divulgó La Republique des Pyrénées la semana pasada. (ver noticia) Por eso llevábamos desde julio de 2016 sin noticias de Canelito. El joven macho ha recorrido grandes distancias buscando la hembra que no tiene en la parte Occidental del Pirineo aragonés y no sabemos si volverá. La más cercana –la única hembra en Aragón- es Sarousse, de origen esloveno, que habita el macizo del Turbón. El posible encuentro es solo una quimera. Esta situación evidencia para el fondo de intervención eco pastoral Ours Pyrénées, “la urgencia de actuar y proceder al reforzamiento de la población en el Bearn con la introducción de alguna hembra”. En el Pirineo occidental solo viven (o vivían) dos machos: Neré, de 20 años y origen esloveno, y Canelito, el último con genes autóctonos. En la esa zona no se han registrado ataques en todo el año. La realidad contrasta con el Pirineo más oriental. En Cataluña viven una treintena de osos y la única opción para el Pirineo aragonés, dadas las reticencias de su Gobierno y del sector ganadero a un pacto por su reintroducción, es el trasvase de la población catalana, que parece que a la larga será inevitable. La Fundación del Oso Pardo ha alarmado sobre la situación del oso en la parte Occidental del Pirineo, donde está “abocado a la extinción, de no mediar un reforzamiento con hembras”, algo que los responsables de Biodiversidad del Gobierno de Aragón no tienen sobre la mesa (tampoco los de Navarra). En Francia son crecientes las voces que claman por una intervención en Bearn para garantizar la supervivencia de este núcleo y de los genes autóctonos, que pasaría por la suelta de alguna hembra. Sin embargo, en la parte oriental del macizo se baraja la posibilidad de introducir algún macho, debido a la consanguinidad existente derivada de la supremacía de Pyros. (ver noticia) Mientras tanto, el Gobierno de Aragón contemporiza para afrontar después, como ha hecho siempre, una política de hechos consumados, pues los osos no entienden de fronteras. El Pirineo aragonés no debería quedar al margen del debate sobre el oso y vivir únicamente las consecuencias de la política que lleven otros. Tendrá que debatir si quiere al Oso pardo en su territorio y asumir las obligaciones que conlleva esa decisión. De otro modo, son los ganaderos los únicos que lo terminan pagando. Fuente: http://www.pirineodigital.com 16-octubre-2017