
Benasque iniciará este mes la construcción de la telecabina, una idea que se gestó hace 50 años.
El calendario de las obras debe cumplir algunos condicionantes ambientales como respetar la nidificación y cría del quebrantahuesos entre los meses de diciembre y junio.
La empresa Teleféricos y Nieve, encargada de construir la telecabina Benasque-Cerler, empezará las obras a finales de este mes. Los trabajos arrancarán después de las vacaciones de Semana Santa, según confirmó el Ayuntamiento, con un calendario condicionado por algunas limitaciones ambientales como el periodo de cría del quebrantahuesos.
De esta forma, Benasque cumplirá un sueño que se remonta a la década de los años 70 del pasado siglo. Entonces un grupo de empresarios locales creó una sociedad para comprar un telesilla que enlazara el núcleo urbano con la estación de Cerler. Se quedó en el almacén de uno de ellos hasta que se llevó al sector del Ampriu.
Hace 20 años, siendo alcalde Ignacio Abadías, se retomó la idea de enlazar directamente Benasque con las pistas y evitar así, para más de 300.000 esquiadores, los 6 km del sinuoso puerto de montaña de la carretera A-2617. Primero se pensó en un tricable, desechado por su alto coste; de ahí se pasó al bicable; hasta el actual monocable.
El presupuesto se acerca a los 16 millones de euros. La nueva telecabina transportará a 2.400 personas por hora en un trayecto de 5 minutos y 47 segundos que evitará la carretera y hará que los esquiadores puedan subir a la estación desde Benasque. Eso sí, para hacerlo tendrán que esperar a la temporada de invierno de 2026, cuando está previsto inaugurarla.
El calendario de los trabajos y los lugares de actuación están condicionados por una parte por la nieve (se ha esperado al cierra de la estación de esquí, que concluye la temporada el domingo); y, por otra, por las limitaciones ambientales.
La declaración de impacto ambiental obliga a que las actividades más ruidosas y molestas, como vuelos de helicóptero, excavaciones, anclados, tendidos e izados, cortas y desbroces, se ejecuten fuera del periodo comprendido entre los meses de diciembre y junio, ambos inclusive, para respetar la nidificación y cría del quebrantahuesos y de otras especies, «minimizando el riesgo de pérdida de puestas y muerte de los pollos».
Cerca del trazado de la telecabina, de 2 km, existe un área crítica de una unidad reproductora, según la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos. Serán el servicio provincial de Medio Ambiente y los Agentes de Protección de la Naturaleza quienes velen por que se respete este condicionante.
La citada fundación y la Plataforma en Defensa de las Montañas de Aragón han denunciado ante el Instituto Aragonés de Gestión Ambiental que el proyecto no especifica ni las medidas previstas para prevenir, corregir y compensar los efectos adversos, ni las de seguimiento o el órgano encargado del mismo. Y que se aprobado sin haberse ejecutado las obras de reducción de la vulnerabilidad frente a inundaciones en la zona de salida de la telecabina exigidas por la Confederación Hidrográfica del Ebro.
Además, varias asociaciones opuestas al proyecto han convocado para hoy a las 19.00 una concentración en la plaza del ayuntamiento de Benasque para pedir que no se inicien las obras hasta garantizar el cumplimiento de la declaración de impacto ambiental. SOS Ribagorza asegura que ha presentado ante el juzgado una solicitud de paralización cautelar.
La infraestructura está obligada a protegerse del peligro de inundaciones. Según el alcalde de Benasque, Manuel Mora, este plan debe estar listo antes de la inauguración en 2026, y así se ha previsto. Para ello, se construirá una plataforma de 3.000 metros cuadrados con una elevación media de 1,5 metros en la estación de salida en Benasque, y además el riesgo se minimizará con una actuación en el río Ésera a cargo del Instituto Aragonés del Agua.
Este organismo sacó a licitación recientemente el denominado plan de ‘Medidas para la reducción de la vulnerabilidad frente a las inundaciones del casco histórico de Benasque’, con un coste de 1.581.000 euros, que se ejecutará en el plazo de seis meses. Las obras consisten fundamentalmente en el recrecimiento del muro existente en la margen izquierda del río Ésera en el núcleo urbano y, de forma complementaria, el aumento de la sección hidráulica del cauce por el desplazamiento del flujo principal del agua hacia la margen derecha, sin aumento de calados, con el fin de mitigar los posibles daños. Lo salvaguardará así de las avenidas con un periodo de retorno inferior a 10 años (Alta Probabilidad de Inundación).
La plataforma sobre la que se colocará la estación de salida aumentará la seguridad de la infraestructura para periodos de retorno mayores. El director del Instituto Aragonés del Agua, Luis Estaún, explicó que para su construcción se utilizarán excedentes de los áridos de las obras del río. El trámite de licitación será rápido, aseguró, así como las actuaciones en el Ésera.
Un grupo multinacional fundado en 1888
Teleféricos y Nieve es la filial española de la multinacional italiana Leitner, que compitió en el concurso de la telecabina con el otro gran grupo del sector, el austriaco Doppelmayr. La obra salió a licitación por 16.303.652 euros y rebajó la cifra en más de 627.000 euros. Según dijo en su día el Ayuntamiento de Benasque, destacó «por su oferta económica y su propuesta con menor impacto ambiental». Además, es también la adjudicataria de la conexión Astún-Candanchú.
El grupo internacional se dedica a las instalaciones de transporte por cable (teleféricos, telecabinas, funiculares, ascensores, minimetros urbanos etc.), tiene más de 3.000 trabajadores en el mundo y sedes en Austria, Francia o Noruega. Fundado por Gabriel Leitner en 1888, en 1925 ya participó en la construcción del teleférico de Kohlern, en Bolzano (los Dolomitas italianos), el primero de Centroeuropa dedicado al transporte de personas.
Fuente: Heraldo de Aragón.