Francia reintroducirá en otoño dos osas eslovenas en los Pirineos.

La medida topa con la oposición de ganaderos locales y españoles.

El ministro francés de Transición Ecológica, François de Rugy, ha anunciado hoy que se procederá a la reintroducción de dos osas eslovenas en los Pirineos-Atlánticos, pese a la oposición de ganaderos y de algunas autoridades locales. Es la primera vez que llegarán nuevos osos a la parte francesa de los Pirineos desde 2006. Con la medida, que se implementará “de aquí a comienzos de octubre”, la población local del plantígrado aumentará a unos cuarenta individuos.

Aunque la decisión fue tomada en París, de Rugy se trasladó hasta el sur de Francia, a Pau, para anunciar su decisión, que supone la continuación del Plan Oso 2018-2028 aprobado y anunciado el pasado mayo por su predecesor, el popular ecologista Nicolas Hulot, que dimitió en agosto.

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Su aparición en la zona de la polémica se debe, tal como declaró en una reunión boicoteada por algunos alcaldes locales, a que es consciente del rechazo que esta medida genera en parte de los residentes, aunque se mostró convencido de la conveniencia de su decisión. “Después de años de tergiversaciones, después de meses de consultas, he decidido dar luz verde a la reintroducción de dos osas en los Pirineos-Atlánticos (…) asumo esa decisión delante de las personas a las que afecta”, declaró.

La población local de oso pardo, que a comienzos del siglo XX llegaba a los 150 ejemplares, se redujo a solo cinco osos censados en 1995, momento en que saltaron todas las alarmas ante la previsible desaparición de este animal en la región. En los siguientes años fueron reintroducidos varios ejemplares, hasta alcanzar en 2016 una población censada de 39 osos pardos, aunque solo 17 de ellos habían alcanzado la madurez sexual, según el Ministerio de Transición Ecológica. El otoño es la temporada ideal para esta operación, ya que los rebaños se retiran de los prados y todavía no ha comenzado el periodo de hibernación de los osos.

Hulot lanzó en marzo un diálogo para buscar la forma de “conciliar las actividades de ganadería y la presencia de esta especie emblemática de los Pirineos”. Las negociaciones condujeron a la aprobación del Plan Oso en mayo, que prevé un paquete de 3,4 millones de euros para garantizar la coexistencia de la ganadería, el pastoreo, el turismo o la caza con la repoblación de estos plantígrados. Entre otros, se destinarán ayudas al “refuerzo” de los equipos de protección de los pastores y para realizar un seguimiento de los osos. Además, están previstas indemnizaciones por hasta 2.300 euros en caso de ataques de osos al ganado.

“La montaña siempre ha sido un lugar donde sabemos poner la naturaleza en el centro de un proyecto de desarrollo económico”, recordó de Rugy. “Nuestra ambición es ligar la protección de la naturaleza y las actividades económicas diversificadas”, aseveró el ministro.

Sus palabras no dejaron satisfecha a parte de su audiencia. Una decena de alcaldes locales decidió abandonar la instancia en protesta por la decisión, según la Agencia France Presse. “Para qué sirve discutir si la decisión ya ha sido tomada. Por eso nos salimos”, declaró el alcalde de Aramits, Étienne Serna. De acuerdo con AFP, a unos 40 kilómetros de Pau, alrededor de 200 ganaderos y pastores se concentraron durante dos horas para dejar claro que se negarán “por todos los medios” a la reintroducción de las osas, que tendrá lugar en colaboración con Eslovenia, país de donde proceden. La pasada primavera, unos 1.200 pastores, agricultores y políticos locales marcharon en protesta por la repoblación de osos, que afirman es incompatible con su trabajo. Según denunciaron, 1.200 de sus animales fueron “víctimas” en 2017 de ataques de osos.

Rechazo en España

La polémica por la reintroducción de los dos osos se ha extendido a España. Los gobiernos de Navarra y Aragón temen que los animales puedan aparecer por su territorio y provocar daños al ganado. La consejera de Desarrollo Rural y Medio Ambiente de Navarra, Elizalde Arrechea, reprocha a Francia que les comunicaran la decisión ya tomada. “Esa no es manera de trabajar con un tema tan sensible que precisa tener en cuenta todas las afecciones”, plantea. El temor se centra sobre todo en el valle del Roncal, donde “la ganadería extensiva es clave para el medioambiente y el desarrollo de los territorios”.

La directora general de sostenibilidad de Aragón, Pilar Gómez, confirma que la iniciativa fue “unilateral” y que la conocieron por los medios de comunicación. Gómez asegura que los ganaderos están preocupados y pide un plan que recoja los riesgos, que debe conllevar las ayudas para los gastos extra que supone estar en zona de riesgo de ataques.

A Félix Bariáin, presidente de la Unión de Agricultores y Ganaderos de Navarra, no le tranquiliza que los plantígrados vayan a estar localizados por GPS. “Eso no va a evitar que se produzca algún ataque como ha ocurrido en otras ocasiones”, afirma. Su organización se muestra en contra de “introducir un elemento de desestabilización de una cabaña ganadera que se está reduciendo, por la incomodidad, los precios, el despoblamiento…”.

El presidente de la Fundación Oso Pardo, Guillermo Palomero, ofrece otro punto de vista. Entiende que la llegada de los dos ejemplares supone un “elemento de incertidumbre para los ganaderos”, pero, al mismo tiempo, considera que es necesario y que “existen puertas abiertas al diálogo”. Aboga, al mismo tiempo, por la necesidad de tomar medidas preventivas para el ganado y “donde no se pueda poner en marcha un sistema de compensaciones”.

Fuente: https://elpais.com/sociedad/2018/09/20/actualidad/1537454371_859227.html