PREMIO ARAGÓN MEDIO AMBIENTE 2021

Las más de 40 organizaciones de la Coalición proponen seis ejes de acción para una PAC más sostenible, justa, responsable y sana.

El pasado 20 de mayo, la Coalición Por Otra PAC envió una carta a los responsables de las Administraciones Públicas regionales y nacionales implicadas en el proceso de elaboración del Plan Estratégico Nacional de la Política Agraria Común (PEPAC). Las más de 40 organizaciones de productores y de desarrollo rural, ONG ambientales, y expertos en nutrición y consumo concretaban los seis grandes ejes que deberían incorporarse en el PEPAC para ayudar a que la nueva Política Agraria Común (PAC) sea más justa y equitativa, saludable, respetuosa con el medio ambiente y responsable a nivel mundial.

La petición llegaba a menos de un mes de que se celebre la decisiva y última Conferencia Sectorial de Agricultura y Desarrollo Rural entre el Ministerio y Comunidades Autónomas –el 11 de junio-, en la que quedará fijado el marco político de la política que condicionará los sistemas agroalimentarios entre 2023 y 2027. “Ante el silencio de las negociaciones y la amenaza creciente de que se quede descafeinada la que prometía ser la PAC más verde y justa de su historia, consideramos necesario trasladar el sentir, la experiencia y la demanda de esa parte de la sociedad que no se atiende”, explica Fernando Viñegla coordinador técnico de Por Otra PAC.

Entre otras cosas, se pide que la PAC se alinee con el Pacto Verde Europeo y con sus estrategias de “Biodiversidad 2030” y “De la Granja a la Mesa” que persiguen una economía sostenible en menos de una década. También, reclaman que se asegure la justicia social suprimiendo los derechos históricos y condicionando la recepción de fondos al respeto de los derechos laborales.

El tercer eje sigue ahondando en la convicción de que las ayudas públicas tienen que servir para apoyar el bien común. La multifuncionalidad de la agricultura y la ganadería hace referencia a todos aquellos servicios que un trabajador del campo produce y que la sociedad no paga pero que sí disfruta – cuidado de ecosistemas, de los valores paisajísticos y culturales, de un entorno rural poblado…-. “Una persona no discute que una manzana tenga un valor, un precio que tenga que pagar por ella. Sin embargo, no es tan consciente de lo que vale un paseo por un río, el secuestro de carbono de un bosque o el mantenimiento del legado de sus abuelas y abuelos. Actualmente se puede disfrutar de ello porque hay gente viviendo allí y cuidando su entorno”, señala Viñegla. Ejemplo de ello son los modelos agroalimentarios sostenibles, como la producción ecológica y de proximidad, las fincas en Red Natura 2000 y los Sistemas de Alto Valor Natural. Su menor impacto sobre el medio, con sus restricciones asociadas, suponen una mayor dificultad para obtener beneficios económicos, debe ser apoyada por la PAC.

La cuarta vía reclama un sistema agroalimentario saludable y respetuoso con el medio a lo largo de todo su ciclo. La producción ecológica y consciente del  bienestar de los animales, el consumo local y la lucha contra el despilfarro  de alimento tienen que estar en el foco de las subvenciones agrarias. La situación actual en la PAC es la opuesta: sus “subsidios perversos” apoyan modelos cada vez más intensivos como macrogranjas y grandes agroindustrias, cuyo impacto sobre el medio y sobre el consumidor es “nefasto”, puntualiza el ecólogo. La eliminación de estos subsidios es el  quinto punto reclamado por la Coalición.

Por último y de forma transversal, se pide un sexto eje complementario, que reclama un modelo de gobernanza plenamente transparente y basado en la participación real y efectiva de la sociedad civil; tanto en todas las fases del diseño como en los procesos de aplicación, seguimiento y evaluación de la PAC. Algo que, lamentablemente, no se está produciendo en el actual proceso de elaboración del PEPAC.

Desde la Coalición se anima a las autoridades políticas a tener en cuenta estos seis puntos en la redacción del PEPAC. “Su inclusión supondría un considerable avance hacia la consecución de una PAC legítima, justa y equitativa, saludable, respetuosa con el medio ambiente y responsable a nivel mundial”, concluye Viñegla.

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