La Tierra está cerca de superar siete de los nueve límites planetarios para la vida.
En menos de una década, los límites planetarios trasgredidos pasaron de cuatro a seis.
El planeta está perdiendo resiliencia.
Las características del planeta Tierra son cada vez menos favorables como para seguir considerándolo un espacio operativo seguro para la humanidad. Esta es la conclusión de un estudio elaborado por 29 científicos de ocho países que analizó el estado actual de los denominados límites planetarios. Los resultados indican que se han superaron seis de los nueve márgenes que identifican los procesos críticos para mantener la estabilidad y resiliencia del sistema terrestre. Un séptimo caso está a punto de cruzar la frontera. De acuerdo con la investigación, los índices que exceden los parámetros de seguridad son el cambio climático, la deforestación, la pérdida de biodiversidad, la cantidad de productos químicos sintéticos, la escasez de agua dulce y el equilibrio del ciclo de nitrógeno. Además, los científicos afirman que “la acidificación de los océanos está a punto de superarse”. La concentración de ozono en la atmósfera y la contaminación por aerosoles son los únicos dos aspectos que se ubican en niveles seguros, por ahora.
El documento detalla que la contaminación química es uno de los indicadores más superados al igual que el relacionado con el cambio climático. El consenso científico indica que para mantener el equilibrio ambiental, la acumulación de CO2 en la atmósfera inferior debe mantenerse en 350 partes por millón (ppm). La medición actual se ubica entre 417 y 420 ppm. “Acercarnos a concentraciones de 450 ppm nos llevaría a problemas graves, hablaríamos de casi 1.9 grados más de temperatura media global. Alcanzar las 550 ppm sería entrar en territorio muy peligroso. Tengamos en cuenta que la acumulación habitual era de 280 ppm antes de la Revolución Industrial”, detalló David Nogués-Bravo, profesor de Ecología en la Universidad de Copehnague y coautor del estudio. El informe hace énfasis en la necesidad de reconocer y atender la interacción entre los límites planetarios. “Centrarse en el cambio climático provocado por el hombre no es suficiente si queremos proteger el sistema terrestre de daños irreversibles. El abordaje del cambio climático y la salud de la biosfera deben ir de la mano, al tratarse de los dos pilares de la estabilidad”, enfatizó Johan Rockström, director del Instituto Potsdam de cambio climático. La deforestación y la extinción de especies ponen en peligro la integridad de la biosfera. La pérdida de biodiversidad por encima del límite de seguridad resultante es una “amenaza de primer orden” para la economía y la salud de la población. Estamos en un punto en el que se debe garantizar “la restauración y protección de entre un 30 y un 50% de la superficie terrestre para evitar daños mayores”, señaló Nogués-Bravo. Fenómeno similar se aprecia en los niveles de riesgo relacionados con la contaminación por fosfatos y nitratos. La superación de este límite planetario se relaciona de manera directa con la sobreexplotación del agua dulce, indicador que también está en números rojos.
Son cada vez más los límites planetarios transgredidos.
El estudio publicado en la revista Science Advances es la revisión más detallada a los límites planetarios desde 2015. En aquel año, se presentó la primera evaluación a detalle del avance de las fronteras ambientales que constató que cuatro de los márgenes se habían superado. El cambio climático, la contaminación química, la integridad de la biosfera y el cambio de uso del suelo encendieron las alertas en dicho momento. Katherine Richardson, catedrática del Globe Institute, directora del Centro de Ciencias de la Sostenibilidad de la Universidad de Copenhague y responsable del estudio, alertó que la tendencia a transgredir cada vez más los límites planetarios es preocupante.
Los investigadores coinciden en que los objetivos marcados en los marcos de cooperación internacional como el Acuerdo de París y el Marco Mundial de Biodiversidad de Montreal-Kunming son insuficientes para devolver al planeta sus capacidades de regeneración frente a las actividades humanas. «Avanzamos en mala dirección. (…) Con la excepción de la capa de ozono que se restablece lentamente desde la prohibición de los gases clorofluorocarbonados, nada indica que alguno de estos límites empiece a evolucionar. Esto significa que perdemos en resiliencia y ponemos en peligro la estabilidad del sistema terrestre».
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