Ganaderos y ecologistas se unen para salvar la ganadería extensiva y evitar ataques de lobos.

La organización agraria y ganadera UAGA y varias asociaciones ecologistas demandan la creación de un grupo de trabajo para diseñar una hoja de ruta y tomar medidas frente a los ataques de lobo y oso y garantizar el futuro de la ganadería extensiva en la comunidad aragonesa. Esta mesa sería similar a las que se han puesto en marcha en otras comunidades autónomas y en las que hay representación de todos los agentes implicados y expertos sobre el lobo o bien el grupo de trabajo también existente en la Unión Europea. El objetivo es poder ver cómo se puede hacer frente a los ataques de lobos y osos «porque la convivencia del lobo con la ganadería extensiva es difícil sobre todo en zonas como Los Monegros en la que la cabaña ganadera es el único alimento para el lobo», según ha explicado José Luis Iranzo, responsable del sector de ovino en la Comisión Ejecutiva de UAGA, en declaraciones a elEconomista.es Una hoja de ruta que se quiere diseñar con el consenso de todo el sector con el fin de evitar los enfrentamientos y las dicotomías entre el campo y la ciudad, ecologistas y ganaderos, lobos o ganadería… que se están produciendo en otras comunidades autónomas e, incluso, ya dentro de Aragón, autonomía esta última en la que hay convocatorias de grupos ecologistas radicales en defensa del lobo en localidades como Leciñena. Con la creación de este grupo de trabajo se pretende evitar a su vez que el ganadero esté siendo cuestionado y que se llegue a comentar que no son ataques de lobos o que son los propios productores los que están generando los daños para cobrar ayudas. «Es mentira porque no hay ayudas o subvenciones» por este concepto, que tampoco está cubierto por el seguro. Esta hoja de ruta permitiría diseñar las medidas que se pueden poner en marcha para garantizar la ganadería extensiva, «que es necesaria en Aragón» y evitar los ataques de lobo y, también los de oso pardo, que se están produciendo en la comunidad autónoma. Tan solo la presencia del lobo suma más de 360 ovejas víctimas de sus ataques. La petición de este grupo de trabajo -que es apoyado por SEO/BirdLife, ANSAR, Amigos de la Tierra, Fondo Natural, Ecologistas en Acción y Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos-, se ha transmitido ya al Gobierno de Aragón a través de una carta en la que se incide en la necesidad de que se adopten medidas efectivas para evitar los ataques del lobo y que no deben ser puntuales, sino sostenidas en el tiempo. Entre ellas, por ejemplo, se propone alimentarlo de forma artificial, desplazarlo progresivamente a otras zonas en las que no haría daño en la ganadería como el área de Calatayud en la que los corzos están causando importantes daños en el sector agrario. Los ganaderos también plantean que haya guardas forestales para poder vigilar la zona y proporcionar herramientas al sector ganadero de autoprotección, mastines, GPS… para poder prevenir los ataques. Son medidas que se pretenden establecer para que no se pongan solo parches desde la administración, pero en las que los ganaderos insisten en que «deben hacerse con consenso para que no haya problemas» y se produzcan situaciones como las que se viven en otras comunidades autónomas en las que hay una importante presencia del lobo como en Castilla y León. El grupo de trabajo también sentará las bases de posibles actuaciones futuras para «saber qué hacemos porque ahora hay un lobo, pero puede haber manadas y hay que estar preparado» ante un posible aumento de la presencia del lobo en la comunidad aragonesa. Un conjunto de medidas que se plantean porque los pasos dados por el Gobierno de Aragón, que aboga por la convivencia del lobo y de la ganadería, no convencen al sector, al igual que las indemnizaciones planteadas, que establecen ayudas para el sector en las zonas afectadas con independencia de que se haya sido víctima o no ataques. Los ganaderos abogan por indemnizaciones reales, es decir, que se cubran todos los daños generados por los ataque de lobo y que no conllevan solo las muertes de cabeza de ganado en sus fauces porque hay muchas ovejas «que mueren por asfixia, despeñadas, otras desaparecen, se producen abortos…». Unas medidas similares se demandan también para evitar los ataques de oso, que sobre todo, en Aragón se concentran en la zona del Pirineo. «Pedimos más transparencia a la administración sobre el número de osos y su presencia porque se podría avisar al ganadero de dónde está el oso para poder mover el ganado». Fuente: http://www.eleconomista.es (3-8-2017).