¿Tras la corta del abetal de Laspuña (Huesca) ha mejorado su estado de conservación?
Hace ya más de un año que se realizaron las cortas en el abetal de Laspuña (Huesca), a pesar de la gran contestación social (más de 5000 firmas recogidas) y de no realizarse la obligatoria evaluación de impacto ambiental según la Directiva Hábitats. Con la excusa de una plaga de muérdago y un informe minimalista de menos de un folio de un técnico forestal del Gobierno de Aragón, se comenzó en julio de 2016 la tala de un bosque relicto de pequeña extensión, en una zona de alta montaña con fuertes pendientes y en el límite meridional de su distribución, con presencia de especies de flora y fauna amenazadas y muy sensible a cualquier alteración de las condiciones del medio. Una reciente visita al citado bosque evidencia la desacertada actuación, agravada por la sequía de este año 2017 y por la apertura de más de 16 trochas con maquinaria pesada, fuentes desaparecidas y ramajes sin valor maderable desperdigados por doquier, en la que muchos árboles han muerto a consecuencia de la intervención. En 2015 la FCQ ya solicitó la paralización cautelar de la tala y advirtió que estábamos ante una compleja problemática de interacción de factores bióticos, abióticos y antropogénicos (gestión de los abetales a lo largo de siglos) detectada ya en los años 90 del siglo XX (que también se ha denominado “decaimiento del abeto”), bien documentada en publicaciones científicas (que no se tuvieron en cuenta). Posteriormente en noviembre de 2016 y a solicitud de la FCQ se celebró una mesa de trabajo sobre los abetales pirenaicos con el Gobierno de Aragón, CITA, ONGs, CSIC-IPE y ADELPA. La FCQ insistió en la necesidad de integrar en la resolución y autorización de actividades en la Red Natura 2000 toda la información disponible y sugerencias técnicas y científicas para poder evaluar y resolver adecuadamente cada actuación. También quedó patente que no había consenso técnico-científico en cuanto a que la supuesta “actuación sanitaria” realizada en el abetal de Laspuña pudiera mejorar su estado de conservación y mitigar el efecto del muérdago. ADELPA solicitó la realización de futuras ordenaciones forestales, una mayor planificación en las actuaciones en la que se tenga en cuenta el paisaje (muy valorado por el sector turístico que visita las Comarcas pirenaica) y una mayor inversión en investigación para establecer criterios adecuados en las actuaciones. Actualmente la Dirección General de Gestión Forestal está elaborando y revisando las directrices del Plan Forestal mediante proceso de participación pública, en el cual venimos participando varias ONGs. Desde la FCQ venimos solicitado en noviembre 2016 y febrero y mayo de 2017 y noviembre de 2017, la información ambiental sobre si las cortas de los abetos en el municipio de Laspuña ha mejorado su estado de conservación, todavía sin respuesta. Ver: https://quebrantahuesos.org/media/uploads/prod2/repositorio_pdf/Abetal_solicitud.pdf En un estudio reciente de varios investigadores europeos se muestra que otro de los efectos del cambio climático será la mengua, cuando no desaparición, de los últimos bosques de abetos que quedan en la cuenca mediterránea. Es una de las consecuencias que el cambio climático tiene preparadas para las regiones de clima mediterráneo, ya que a medida que avance el siglo, las olas de calor y los periodos de sequía como el actual serán más extremos y habituales. Esperamos que desde el Gobierno de Aragón se actúe en los sucesivo en los bosques de abeto con criterios de evaluación y conservación adecuados a la situación crítica de estos hábitats pirenaicos, se respete la normativa de los espacios de la Red Natura 2000 e incluso se considere la catalogación como amenazadas de al menos las poblaciones de abeto más meridionales del Pirineo.