EL QUEBRANTAHUESOS EN ESPAÑA
El quebrantahuesos era hasta finales del siglo XIX una especie extendida por todas las sierras españolas. El uso masivo de veneno y la caza indiscriminada llevaron a esta rapaz al borde de la extinción en el siglo XX, de manera que a principios de la década de los 80 se estimaba que solo quedaban entre 20 y 30 parejas en Pirineos, y un par de parejas en Cazorla. El último ejemplar de esta sierra desapareció en 1988.
El primer censo detallado tuvo lugar en 1988 y arrojó un total de 30 parejas en el Pirineo español. En el resto de la Unión Europea sólo quedaban parejas residuales en el Pirineo francés, Córcega, Creta y la península balcánica.
Desde 1980 las acciones de conservación llevadas a cabo en Navarra, Aragón y Cataluña han permitido recuperar la población en las montañas pirenaicas. Sin embargo, la escasa capacidad recolonizadora de la especie ha hecho que ésta se mantenga relegada a este territorio, lo que implica un importante riesgo para el futuro de la especie.
Con el objetivo de garantizar su conservación a largo plazo, durante la década del 2000 se iniciaron dos proyectos de reintroducción en su antigua área de distribución: Cazorla y Picos de Europa.
En 2022, 200 parejas habitan el Pirineo (España, Francia y Andorra). Además, en la Sierra de Cazorla hay 5 parejas, 3 en Picos de Europa, 1 en la Sierra Vasco-navarras y 2 en el Sistema Ibérico.
Por último, en 2022 desde la Fundación hemos iniciado su reintroducción en la Sierra de Gredos y en el Maestrazgo aragonés. El objetivo es recuperar la especie en los principales macizos montañosos del país.