Olona reconoce que Aragón va «a la cola» en gestión de la biodiversidad.
El Consejero de Desarrollo Rural y Sostenibilidad, Joaquín Olona, ha reconocido que Aragón no ha estado «a la altura de las circunstancias» a la hora de aprobar unos planes de gestión de la biodiversidad de la Red Natura 2000, en los que va «a la cola» con un retraso del que «no va a ser fácil salir». En respuesta a una interpelación formulada por la diputada Marta de Santos (Podemos), el consejero ha relatado que en el primer trimestre de 2017 se sacaron a información unos planes de gestión que, a pesar del trabajo «ímprobo», fueron muy «desacertados». La conclusión, ha lamentado, es que el trabajo «no sirve» porque hay un problema de enfoque «muy grave» en el que no se ha contemplado la dimensión socioeconómica. A su juicio, pretender planificar el 30 por ciento del territorio aragonés, aunque «no cabe duda» de que el primer objetivo es la conservación, sin tener en cuenta para nada lo socioeconómico, hace que dichos planes «no se puedan aprobar», ya que Bruselas los devolvería «tal cual lleguen». No obstante, ha aclarado que su compromiso es hacer «todo lo posible» para sacar algún plan esta legislatura, ya que es el problema más grave que tiene su departamento actualmente, pero «no se puede hacer en un año todo lo que no se ha hecho en 15 y prácticamente hay que empezar de cero». Marta de Santos, por su parte, ha advertido de que Aragón está expuesta «a una gran sanción», lo que el propio Olona ha confirmado, y ha expresado que le parece «muy grave» esta situación cuando otras comunidades autónomas como Extremadura o Castilla-La Mancha están a punto de aprobar sus planes de gestión y la biodiversidad es una de las oportunidades turísticas «más bestias». «Vamos tarde porque hay desencuentro», ha agregado, y le ha instado a que apruebe esta legislatura «algo», aunque sea solo «alguno» de estos planes, o que al menos los publique para que puedan intervenir los agentes. Además, la diputada de Podemos ha solicitado que se acabe el reparto de dinero sin finalidad y sin obligación de invertir en la diversidad. De Santos ha abogado por que, si se da un euro a una zona protegida, se incentive la conservación, el cuidado y la puesta en valor de la biodiversidad y no el «llorar». Fuente: El Periódico de Aragón (1-12-2017).