Entre las aves, por la Sierra de Partara.

Obras municipales en el Ésera destruyen el río a su paso por Benasque e incumplen el condicionado ambiental.

El río Ésera a su paso por Benasque está siendo destrozado por las obras que ha promovido el Ayuntamiento de Benasque y subvencionado el Instituto Aragonés del Agua. Dichas obras responden al Proyecto constructivo de medidas para la reducción de la vulnerabilidad frente a las inundaciones del casco histórico de Benasque cuya finalidad propuesta es mitigar los daños y la vulnerabilidad del casco histórico de Benasque en los episodios de inundación para caudales con periodos de retorno inferiores a diez años (inferiores a 340 m3/s).

Las obras consisten básicamente en el recrecimiento del muro existente en la margen izquierda del río Ésera en aquellos tramos del muro actual en que el río desborda en el núcleo urbano de Benasque con dicha avenida de 10 años de periodo de retorno. Además, las obras también consisten en retranquear la escollera de la margen derecha hasta el camino de servicio actual, y aumentar la sección hidráulica del cauce extrayendo un volumen de 5.171 m3 de tierras de excavación.

El 18 de abril de 2024 la Comisaria de Aguas de la Confederación Hidrográfica del Ebro autoriza al Ayuntamiento de Benasque a implementar el mencionado proyecto. Dicha autorización queda condicionada al cumplimiento de una serie de condiciones particulares, entre las que destacamos las siguientes:

1ª.- Las obras se llevarán a cabo en el plazo máximo de doce meses, contados a partir de la fecha de notificación de la autorización y con posibilidad de prórroga de un mes, previa solicitación.

2ª.- Las obras se ajustarán a la documentación del proyecto presentado en tanto no sea modificada por las condiciones de la presente autorización.

3ª.- De acuerdo con el informe del Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (INAGA), del Departamento de Medio Ambiente y Turismo del Gobierno de Aragón, de fecha 12 de marzo de 2024: “Se evitará, siempre que sea posible, la entrada al cauce mojado, para minimizar la afección sobre la fauna e ictiofauna del río Ésera. Se trabajará siempre que el espacio y la operativa lo permitan fuera del cauce mojado. No se abrirán nuevos accesos al cauce, debiendo aprovecharse los ya existentes. En caso de que sea preciso adecuar algún pequeño tramo, será convenientemente restaurado al finalizar los trabajos. Al finalizar la actuación, en su caso, se restituirá el lecho del cauce procurando que no queden cubetas ni depresiones que puedan dejar aislada de la corriente de agua a la fauna acuática… deberá respetar al máximo la vegetación natural presente en la zona y minimizar los daños sobre ésta. Para ello, se realizará un jalonamiento en el perímetro de la zona de obras, minimizando el espacio ocupado por la obra en la medida de lo técnicamente viable. Dicho jalonado, se realizará con elementos suficientemente consistentes para impedir su desplazamiento o destrucción a lo largo de toda la fase constructiva…”

13ª.- Se extremarán las medidas tendentes a preservar la vegetación, minimizando la afección de esta a lo imprescindible para realizar la actuación.

Hoy en día, cerca de tres meses en que deberían haber estado terminadas las obras, realmente éstas acaban de empezar. De esta manera se incumple manifiestamente la primera condición de la autorización del proyecto que impuso la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE).

La vegetación de ribera del tramo de actuación ha sido eliminada de raíz como se puede observar en la figura 1, como actuación preliminar para las siguientes actuaciones. Con ello se incumple la condición de ‘respetar la vegetación natural presente’ y ‘minimizar sus daños’ del INAGA y el condicionamiento de la CHE (punto 13ª) ‘se extremarán las medidas tendentes a preservar la vegetación, minimizando la afección de esta’.

Se ha realizado una vía de entrada de maquinaria pesada al cauce que contradice el condicionante de INAGA de que ‘no se abrirán nuevos accesos al río’.

Durante las obras se ha realizado un dragado de todo el cauce y creado un canal estrecho que deriva todo el caudal del río siguiendo la máxima pendiente (figura 3). Ello ha supuesto la destrucción de la estabilidad morfológica del lecho y la de todos los hábitats asociados, y por consiguiente la eliminación de todas las especies acuáticas que habitaban el tramo fluvial. La biodiversidad de las comunidades fluviales del río está basada en la heterogeneidad de su hábitat físico. La trucha necesita refugios para defenderse de sus depredadores, rápidos para encontrar alimento macrobentónico y tablas para frezar. Todos estos componentes de su hábitat han sido eliminados. En cuanto a los macroinvertebrados y perifiton bentónicos han sido físicamente eliminados.

Se puede fácilmente comprobar que la masa de agua del Ésera en este tramo (ES091MSPF768) ha sufrido una fuerte degradación de su estado ecológico (hidromorfológico y biológico), y una pérdida de resiliencia frente a los impactos antrópicos que el río recibe. Se trata de un claro y manifiesto incumplimiento de las condiciones impuestas por la CHE a las obras promovidas por el Ayuntamiento de Benasque, y resulta extraño que los técnicos o la guardería de la Confederación no se hayan personado y denunciado estos hechos a la vista.

Para finalizar, resaltamos que la supuesta finalidad de este proyecto (reducción de la vulnerabilidad frente a las inundaciones del casco histórico de Benasque) no se conseguirá con estas obras, antes bien, podemos predecir que aumentarán los riesgos de incisión del lecho y con ello la potencial inestabilidad de los muros y puentes actuales. Ello es realmente preocupante, ya que no corrigen de ninguna manera otros condicionantes que representan factores de riesgo de inundación del casco histórico, como son:

  1. La reducción de la anchura del cauce a lo largo de todo el tramo urbano, reforzada en los puentes
  2. El aumento de la energía de los caudales de avenida al haber perdido sinuosidad y mecanismos de disipación y desbordamiento en los tramos de aguas arriba del núcleo urbano de Benasque, y su entrada en el casco antiguo por la carretera de Francia

Esta obra, promovida por el Ayuntamiento de Benasque y no por el organismo gestor de la cuenca, autorizada por la CHE y gestionada en su ejecución por el Instituto Aragonés del Agua (IAA), está teóricamente diseñada para prevenir daños por avenidas con un periodo de retorno de diez años, pero representa una fuerte afección medioambiental sin contrapartidas reseñables de mejora del riesgo de avenidas para un periodo de retorno de mayor duración. Hay que decir que la propia CHE había realizado de forma recurrente intervenciones para esta prevención frente a daños por dichas avenidas, de forma eficiente. Esto se puede comprobar en el informe que la CHE emitió el pasado 12 de febrero de 2025 con expediente 2024-gm-483 en relación con la avenida de 18 de junio de 2013 (la última más importante) similar a la catalogada de periodo de retorno de diez años, que provocó graves daños en esta parte de la cuenca del Ésera, pero no inundó el casco histórico.

También es importante resaltar que esta actuación, con un coste de 1,3 millones de euros de fondos públicos, tiene casi como único resultado modificar la inundabilidad de la zona de la salida de la telecabina de Benasque a Cerler, que, efectivamente, en la modelización pasa de ser “inundable de flujo preferente” a sólo” inundable”. Pero esta actuación no es responsabilidad del IAA sino que atiende a intereses particulares, y no justifica este gasto de 1,3 millones de euros en aras a una actuación frente a posibles avenidas en el Ésera.

Este escrito se redacta el 7 de agosto, aniversario de la denominada “Tragedia de Biescas” (7/8/1996) donde murieron 87 personas, hubo 187 heridos y unos grandes destrozos generalizados. Esta avenida correspondió a un periodo de retorno de 200 años. Se da además la circunstancia de que el alcalde de Biescas de entonces y el actual Director del Instituto Aragonés del Agua son la misma persona, lo cual debería implicar un comportamiento más responsable, y una razón de peso para ejercer con mucho más rigor el control de la gestión de los fondos públicos en relación con las necesidades reales de mejora de nuestra convivencia con los ríos.

El haber comprobado y demostrado que la actuación del Instituto Aragonés del Agua no responde a un objetivo hidrológico, y que desnaturaliza el río Ésera a su paso por Benasque sólo con el fin de favorecer una obra municipal que se pretende sea explotada por Aramón, nos llena de asombro e indignación.

Por todo ello, solicitamos que se paralicen de inmediato las obras en el río Ésera, al menos hasta que un técnico de la CHE acuda al lugar a comprobar y controlar que la obra se ajuste al proyecto y a la autorización correspondiente, obligando en su caso a la empresa y promotores del proyecto a resarcir al río de los graves daños causados hasta la fecha.

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