Fallecimiento de Elisabeth

Naturaleza confinada y al servicio de la humanidad.

Segunda parte, por: Juan Antonio Gil Vicepresidente FCQ.

En los ecosistemas existe una compleja interacción entre las diversas especies que los componen. Una especie nunca se encuentra aislada en su hábitat, si no que pertenece a una red trófica, en la que depende de otros seres vivos para sobrevivir y a su vez otros seres vivos dependen de ella. La desaparición de una especie dentro de estas complejas redes alterará inevitablemente a un número variable de otras especies, es lo que conocemos como efecto cascada. En estas relaciones se produce la exclusión competitiva (los carnívoros moderan la competencia entre especies similares) y las cascadas tróficas: control de especies presa, de mesocarnívoros, influencia en el comportamiento (ecología del miedo), selección natural (ej., débiles, viejos) y generación de carroñas.

Por ejemplo la desaparición de predadores afecta al funcionamiento y equilibrio de los ecosistemas, cuya responsabilidad es la controlar las poblaciones de sus presas (por ejemplo el lobo, depredador generalista de amplia distribución, que se ha vuelto raro por la persecución humana). Las agresiones ambientales provocadas en un lugar del planeta pueden tener efectos desastrosos en otros lugares (efecto mariposa): la deforestación de más del 20% de la selva amazónica está provocando sequías en California (al disminuir la liberación de vapor de agua a la atmósfera, se producen menos lluvias y nevadas), las partículas contaminantes y en suspensión (polvo mineral, nitratos, hollín, etc.) de las industrias de India y China son transportadas por el viento e incrementan la intensidad de las tormentas en el Pacífico, la polución europea a partir de los años 50 provocó durante los años 70 y 80 grandes sequías en el Sahel, etc.

Antes de dejar de ser cazadores y recolectores vivíamos bajo el yugo de la naturaleza, la caza y la muerte se negociaba con los espíritus naturales (creencias animistas). Posteriormente pasamos a domesticar los animales (el primero fue el lobo hace 30.000 años), nos convertimos en ganaderos y después en agricultores de los cuales existen en la actualidad 1350 millones, que utilizan 1/3 de la superficie del planeta (1/3 de esa superficie ha sido agotada y abandonada).

La domesticación de los animales y plantas (arroz, trigo, etc.), cambio nuestras relaciones con el mundo viviente, en 500 generaciones casi todo ha sido domesticado, con el tiempo hemos pasado a tener una ganadería familiar, a una potente ganadería industrial e intensiva, convirtiendo los animales en un producto mercantil (cada año se matan 60.000 millones de animales). Actualmente existen 1145 millones de bóvidos (domesticados hace 10.000 años), que utiliza el 30% de la superficie terrestre.

Desde entonces el hombre ha procurado dominar y poner a su servicio la naturaleza, pensando que los recursos son inagotables, con una visión antropocéntrica por la cual todo lo que molesta, causa problemas o no es rentable ha de ser reducido o eliminado: tengo derecho sobre la vida y la muerte en el planeta (la humanidad ha matado en los últimos 7 años 144.000 elefantes, el 30% de los que quedaban; alrededor de 100 tigres, 30.000 elefantes y más de 1000 rinocerontes son asesinados cada año para traficar con sus huesos, su piel, sus colmillos o sus cuernos).

Los animales salvajes han sido confinados en reservas naturales y deben aprender a vivir como refugiados (en 2017 unos 618 ejemplares de lobo ibérico murieron por causas no naturales en España).

Las especies son como ladrillos en la construcción de un edificio. Podemos perder una o dos docenas de ladrillos sin que la casa se tambalee. Pero si desaparece el 20% de las especies, la estructura entera se desestabiliza y se derrumba. Así funciona un ecosistema. Donald Falk.