Las dos quebrantahuesos de Picos murieron por envenenamiento.
Al menos dos de los tres quebrantahuesos de Picos de Europa fallecidos en los últimos meses perecieron a causa de la ingesta de veneno. Así lo confirmó ayer el director de la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos (FCQ), Gerardo Báguena, que reveló que en uno de los casos la dosis detectada fue «muy alta, la que se suele poner para grandes carnívoros». Las dos aves necrófagas muertas por envenenamiento, explicó Báguena, son ‘Julia’ y ‘Carlota’, ambas liberadas en la zona asturiana del Parque Nacional. El cadáver de la primera de ellas fue hallado en Peñamellera Alta el pasado 6 de abril y, el de la segunda, en Proaza hace apenas un mes. En el caso de ‘Quebrantina’, de la zona cántabra, «no se pudo determinar la causa de la muerte», detalló. Actualmente, tanto Guardia Civil como la Fiscalía de Medio Ambiente prosiguen con las pesquisas sobre las bajas. Por su parte, la Fundación «está abriendo vías de diálogo con el Ministerio y con Bruselas para someter a revisión la compatibilidad que hay entre la percepción de ayudas públicas y la muerte de especies del catálogo nacional», indicó Báguena. La apuesta de la entidad, recordó, pasa por incentivar «modelos de ganadería compatibles con los procesos naturales». En este sentido, la FCQ promovía este año una marca de lechazo sostenible, con una venta que en su primer ejercicio alcanzó los 5.000 kilos y un 49% más de rentabilidad para los ganaderos. ‘Mónica’ llega al Parque La de ayer fue en la Fundación una jornada para repasar la situación de la especie, pero también para mirar al futuro. A primera hora de la tarde llegaba a los Picos de Europa, procedente de Aragón, ‘Mónica’, la primera de los quebrantahuesos que recibirá este 2018 la vertiente asturiana del Parque. Con 97 días de vida, 5,9 kilos de peso y un nombre que rinde homenaje a la hija de un Guardia Civil que rescató a cinco ejemplares, la joven quebrantahuesos debía llegar acompañada de otro ave, cuya recepción se retrasará finalmente dado que aún le restan «entre ocho y diez días de desarrollo de plumas», explicó Báguena. Mientras espera por la compañía, ‘Mónica’ será sometida a vigilancia veterinaria, ya que enfermedades como la malaria aviar y el virus del Nilo occidental «están aumentando por el cambio climático, empieza a haber mosquitos en cotas de montaña», dijo Juan Manuel Blanco. La previsión es que antes del 24 de junio estén en Asturias los siete ejemplares a liberar este 2018. A partir de esa fecha, se producirán «dos o tres sueltas en función de la edad y la madurez de los ejemplares», indicó el director. De este modo, antes de finalizar el año volarán sobre Picos un total de veinte quebrantahuesos. Fuente: El Comercio (1-6-2018).