Fallecimiento de Elisabeth

La humanidad y su impacto global en el medio ambiente.

A continuación comienza una serie de artículos de la FCQ sobre el pasado, presente y futuro de la biodiversidad pirenaica. Por: Juan Antonio Gil Vicepresidente FCQ.

Desde hace 10.000 años el Homo sapiens viene impactando sobre la biosfera a un ritmo bastante acelerado. En la actualidad el impacto de las actividades humanas sobre los ecosistemas terrestres está provocando la 6 extinción masiva (100 veces más rápida que la tasa natural): 1 millón de especies se encuentran en peligro de extinción (en España especies como el quebrantahuesos, lince, oso, águila imperial, etc.).

La destrucción o deterioro de los ecosistemas aumenta la posibilidad de la aparición de enfermedades emergentes y pandemias (50% de los ecosistemas de España están degradados). Aragón y el Pirineo no es ajeno a dicho proceso y todos en mayor o menor medida con nuestros actos y contradicciones somos participes del mismo, siendo al mismo tiempo el problema y la solución.

La única especie en expansión es el ser humano. El 36% de los mamíferos que habitan la Tierra son humanos, el 60% ganado doméstico y solo el 4% animales salvajes, muchos de ellos confinados en reservas naturales, perseguidos cuando salen de ellas y matados si molestan los intereses socioeconómicos de los territorios: agricultura, ganadería, caza, explotación forestal, etc.

Un ejemplo claro de dicha persecución y extinción ha sido una especie tan emblemática y conocida como el oso pardo. En los Pirineos se han documentado 3000 ejemplares muertos por el hombre en la vertiente francesa entre los siglos XVI-XX (Elosegui, 2010). Más recientemente en el siglo XXI se ha conocido el caso del oso “Cachou”, envenado en los Pirineos en 2020.

La actividad humana ha supuesto que el 75% de la superficie terrestre no cubierta por el hielo no este en su estado original. Las sociedades humanas en los últimos 3000 años han transformado y modelado el paisaje en beneficio propio, más por necesidad, que por convicción, alterando los patrones de biodiversidad, el funcionamiento de los ecosistemas y el clima, con una magnitud y velocidad jamás vista. En España los “bosques primarios”, es decir, aquellos que han evolucionado sin casi intervenciones humanas, tan solo son el 2% de la vegetación original.

La Huella Ecológica (que mide nuestra demanda de recursos naturales), indica que consumimos tanto como si tuviéramos 1,6 Tierras a nuestra disposición. De hecho, si mantenemos este nivel de consumo de recursos naturales, en 2050 necesitaremos el equivalente a 2,5 planetas para abastecernos. Somos usufructuarios de todos los recursos muy por encima de lo que otras especies pueden tolerar, algunas de ellas imprescindibles para nosotros como los polinizadores.

Con la Revolución Industrial (hace unos 180 años) comenzó el aumento de los gases del efecto invernadero, suponiendo con ello, un aumento del calentamiento global de la Tierra. Como fenómeno natural, el efecto invernadero resulta de la absorción y reflexión por ciertos gases de la atmósfera de una parte de la radiación infrarroja de la Tierra, que retiene de esa forma el calor. El planeta mantiene un nivel estable de gases, lo que ha permitido la vida como la conocemos. El problema es que este fenómeno es acentuado por la liberación en la atmósfera de gases resultantes de actividades humanas, como la quema de combustibles fósiles, la deforestación y ciertas actividades agrícolas. El dióxido de carbono (CO2) es el principal gas de efecto invernadero de origen antrópico (76% de las emisiones). Los otros son el metano (16%), el protóxido de nitrógeno (6%) y los gases fluorados (2%). Los sectores de actividad que más emiten son la producción de energía (35%), agricultura y deforestación (24%), industria  (21%), transportes (14%), construcción (6%). Los principales países emisores son China (alrededor de 24%), Estados Unidos (15,5%), la Unión Europea (11%), India (6,5%), Rusia (5%).

La aceleración de las emisiones entre 1970 y 2015 coincidió con una explosión demográfica mundial. La población del planeta se duplicó en ese período, pasando de 3600 millones de seres humanos a 7300 millones. Por último parece que nos estamos acercando a los límites planetarios por los cuales se evalúa el estado de 9 procesos fundamentales para la estabilidad del sistema Tierra , que en caso de ser superados, pueden poner en peligro la habitabilidad del planeta.

Uno de los puntos de inflexión es el climático, que incluye la muerte regresiva del bosque boreal, la muerte regresiva del bosque del Amazonas, la pérdida del hielo marino en el Ártico y el Antártico, la ruptura de los procesos monzónicos en India y el África occidental, la formación de aguas profundas atlánticas, que es un componente del proceso de circulación termohalina, o la pérdida del permafrost activando la emisión de metano del Ártico.

Primero, fue necesario civilizar al hombre en su relación con el hombre. Ahora, es necesario civilizar al hombre en su relación con la naturaleza y los animales». Victor Hugo.

Destruir las selvas tropicales para obtener dinero es como usar una obra de arte del Renacimiento para hacer fuego para preparar comida. E.O. Wilson.