El quebrantahuesos se recupera en Picos de Europa con una pareja reproductora.
El quebrantahuesos vive en 2018 una posibilidad de recuperación en Picos de Europa, 60 años después de su extinción total, con la confirmación de una nueva unidad reproductora, formada por ‘Deva’ y ‘Casanova’, los contactos y escarceos de ‘Atilano’ y ‘Esperanza’ y con la suelta récord de siete nuevos ejemplares de aquí al 25 de julio. Se trata de una suelta «récord», la más numerosa acometida en un año desde que se iniciaron las liberaciones en 2012 y desde 2014 con el proyecto Life + Red Quebrantahuesos, que pretende recuperar una especie cuya extinción en Picos de Europa fue provocada por el hombre antes de 1960. Desde entonces, en el conjunto del proyecto hasta 2018 se ha liberado un total de 24 ejemplares, a los 120 días de su nacimiento. De estos, seis han muerto y dos de ellos a consecuencia del veneno, una de sus principales amenazas. Durante la presentación de resultados del Proyecto Life+ Quebrantahuesos, el director de la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos, Gerardo Báguena, ha explicado que el proyecto es fruto de un «pequeño sueño de devolver a un Parque Nacional una especie que se extinguió por causas antrópicas». «Fue tiroteada, expuesta como la élite de las especies distinguidas y exclusivas de coleccionistas y cazadores. Se los mató por bellos», ha recordado. Así, cuando se cumple el centenario de la creación del Parque Nacional de Picos de Europa, entonces llamado de las Montañas de Covadonga, este año se ha constatado el asentamiento de una unidad reproductora en la zona, justo a dos kilómetros del último nido del que se tuvo constancia hace ahora 60 años. La pareja, formada por ‘Deva’, una hembra procedente de Aragón, introducida en 2010 y por ‘Casanova’, un macho silvestre divagante, llegado desde Pirineos, criaron en 2017 y este año lo ha vuelto a intentar, pese a que el huevo no fructificó en polluelos en un nido que está a más de 1.000 metros. El éxito del proyecto, según Báguena, radica en que se ha podido demostrar que los ejemplares criados en cautividad están capacitados para vivir con normalidad e interactuar con ejemplares silvestres, al tiempo que la técnica de reproducción en Picos de Europa funciona, porque «se han quedado aquí a criar», lo que da alas a la posibilidad de que una población estable fructifique. La metodología de trabajo que parte del rescate de huevos o neonatos en nidos amenazados en el Pirineo Aragonés, en colaboración con la Guardia Civil y agentes de protección de la naturaleza del Gobierno de Aragón y finaliza con la suelta y seguimiento de los ejemplares nacidos de estos huevos en Picos de Europa. El proyecto Life+ cuenta con una inversión de 1,8 millones de euros, cofinanciados por la Unión Europea al 70 por ciento y por otros socios como el Organismo Autónomo Parques Nacionales, el Gobierno de Aragón, el Consorcio Internacional de los Picos de Europa y cuenta con la colaboración de la Fundación Santander y la Fundación Iberdrola. La iniciativa Red Quebrantahuesos que ahora llega a su fin, ha demostrado, según Báguena que «es posible revertir la extinción de una especie» y que la interactuación entre poblaciones en distintas áreas del corredor cantábrico es viable y que se puede ampliar el actual reservorio de la especie en Pirineos, donde habita el 85 por ciento de la población europea, que apenas cuenta con un total de 400 ejemplares en toda España, con 136 parejas reproductoras. Se estima que por debajo de 500 ejemplares una especie está en riesgo de extinción. Las sueltas, que comenzaron en 2010 con ‘Deva y Leoncia’, liberadas a modo experimental y con ‘Atilano’ en 2012, se han ido incrementado, sobre todo a partir de 2014, cuando se inició el proyecto Life, fueron puestos en Picos de Europa tres ejemplares; otros dos en 2015; cinco aves en 2016; cuatro más en 2017 y a lo largo de 2018, hace escasas semanas comenzó a volar ‘Sidney’ y este miércoles lo hará ‘Mónica’. Después y hasta final de julio, cinco quebrantahuesos más surcarán los cielos de Picos de Europa. El director de la Fundación Quebrantahuesos ha insistido en que la iniciativa demuestra que la reproducción en cautividad crea ejemplares capacitados para vivir en normalidad y que la técnica funciona, porque se han quedado en la zona a criar y que se puede recuperar una especie que de forma natural vive en Pirineos y dos parejas en Andalucía. Ahora que el proyecto llega a su fin, Báguena ha anunciado que está redactando una nueva propuesta para promover su ampliación. «Si Aragón sigue cediendo animales y tenemos medios (económicos, técnicos y humanos) podría ser la primera especie que se recupera en un Parque Nacional en España», ha sentenciado. La especie, Gypaetus babatus, es una gran ave osteófaga de la familia de los buitres y esta considerada como una de las aves más amenazadas de la Unión Europea, donde está catalogada como «en peligro de extinción» a pesar de que su presencia en todos los sistemas montañosos europeos era habitual hasta el siglo XIX. Su esperanza de vida es de unos 30 años y las hembras comienzan a criar a partir de su séptimo año. En la actualidad, la especie lucha contra la pérdida de calidad de los hábitat de montaña, su hogar; contra la acción del hombre, el uso del veneno por parte de individuos de la población local, el uso extensivo de pesticidas en el campo y los restos tóxicos que ingieren de forma acumulada procedentes de los animales de los que se alimentan y que entre otras consecuencias provoca una pérdida de calidad del semen de los machos. Por ello, la constatación de esta unidad reproductora tras la reintroducción es un éxito que «abre esperanzas» para la recuperación de la especie en Picos de Europa, ya que este núcleo fundador podría establecer un flujo bidireccional de ejemplares con los Pirineos, lo que favorecería el intercambio y permitiría reducir el riesgo de extinción de la especie en España. En la presentación de resultados en Benia de Onís, el director de la Fundación Santander, Borja Baselga, ha justificado el apoyo al proyecto Red Quebrantahuesos porque va en línea de los «pequeños proyectos replicables en otros puntos del país para crear futuras generaciones de amantes de la naturaleza». A la presentación de resultados han asistido también el director general de biodiversidad del Principado de Asturias, Manuel Calvo; el coronel jefe de Asturias, Francisco Javier Almiñana; el codirector del Parque Nacional de los Picos de Europa, Rodrigo Suárez; el alcalde de Onís, José Manuel Abeledo. Fuente: El Come5rcio (27-6-2018).