El patronato de Ordesa rechaza prohibir la entrada de perros por 14 votos a 10.
El patronato de Ordesa rechaza prohibir la entrada de perros por 14 votos a 10.
Sorpresa por el resultado de la votación, ya que se esperaba conseguir el respaldo de la mayoría de los miembros para cambiar la normativa. La abstención del representante de los ganaderos ha causado «perpejidad».
Los perros que vayan atados podrán seguir entrando en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Así lo decidió este jueves el Patronato del espacio protegido, con 14 votos en contra de la prohibición de acceso de las mascotas, 10 a favor y 2 abstenciones. Es la segunda vez que se plantea la cuestión en el último año. En noviembre de 2020 ya se debatió el asunto en el seno del órgano de participación con el mismo resultado, en otra ajustada votación.
Entre los 14 miembros del patronato contrarios a prohibir la entrada de perros estaban los representantes del territorio, los seis alcaldes y los delegados de la comarca del Sobrarbe y de la Diputación Provincial, así como el designado por la Guardia Civil.
A favor del cambio de la actual normativa, que permite llevarlos atados, se pronunciaron la directora de Ordesa, Elena Villagrasa; el director general de Medio Natural, Diego Bayona; técnicos de la DGA y la CHE; los dos responsables de organizaciones ecologistas; y la directora de la Red Nacional del Organismo Autónomo Parques Nacionales, presente también en la reunión, celebrada en Vió. Curiosamente, el director provincial de Agricultura, José Miguel Malo, votó en sentido contrario a Bayona, su director general.
Se abstuvieron el presidente del Patronato, Modesto Pascau; y, para sorpresa de casi todos, el representante de los ganaderos, quien hace solo unos días había solicitado explícitamente la prohibición en una carta remitida a la dirección del parque argumentando las molestias de los perros para las reses, una de las principales razones del veto a las mascotas. No obstante, su escrito tuvo una réplica en sentido contrario de otros ganaderos.
El resultado de la votación en el seno del órgano de participación del parque provocó cierta sorpresa, ya que esta vez se esperaba que fuera distinto. La directora del Parque Nacional, Elena Villagrasa, ya anunció en verano su intención de volver a debatir el asunto, justificando que en noviembre de 2020 estuvieron ausentes muchos de los miembros del patronato, y ante los reiterados incidentes causados por los perros y las numerosas denuncias por llevarlos sueltos. Varios visitantes han resultado heridos por embestidas de las vacas, alteradas por la presencia de canes.
Según explicó Modesto Pascau, descartada la prohibición, se ha puesto sobre la mesa la posibilidad de regular el acceso de las mascotas en el tiempo y en la ubicación, de manera que no haya restricciones los meses que el ganado está fuera del parque ni en aquellos lugares donde no pasta. Esta cuestión se abordará más adelante, en el siguiente patronato. Pascau dijo que no es partidario de una prohibición total, sí de una regulación, aunque esto supone mayores dificultades.
Mariano Polanco, de Ecologistas en Acción, mostró «perplejidad» por la postura del ganadero, cuando este mismo lo pidió en un escrito que los conservacionistas apoyaron públicamente. «Los perros provocan conflictos con el ganado, cada día más frecuentes y más graves», asegura. También enfrentamientos de los dueños con los agentes forestales y con otros visitantes. Además hay un riesgo de transmisión de enfermedades a la fauna salvaje, «y resulta incompatible con la norma en el Parque francés, donde están prohibidos».
Por su parte, los alcaldes justifican la falta de infraestructuras y servicios para dejar a los perros. «Representamos a municipios turísticos y la prohibición no es una buena imagen», reconoce el de Bielsa, Miguel Noguero, quien cree que los problemas con el ganado son «puntuales y se han magnificado». Además, teme que si las mascotas se vetan en el valle de Ordesa proliferen en otros del área periférica, como el de Bujaruelo, con muchas más reses.