El decaimiento de abetales pirenaicos como paradigma de vulnerabilidad de los bosques ante el cambio climático.
Según un estudio publicado por varios autores del CSIC, Universidad de Barcelona y Sevilla, los abetales pirenaicos son muy vulnerables a los efectos del cambio climático. La historia de uso de los abetales españoles ha determinado su estructura actual, la cual condiciona su respuesta al cambio climático. La explotación histórica de los abetales concuerda con las edades encontradas en el Pirineo (80-150 años), siendo que la especie puede alcanzar los 500 años. Por lo tanto es posible que las talas intensas e históricas produjeran la selección negativa de individuos más vulnerables a las sequías o alteraran el microclima del bosque, predisponiéndoles al problema del decaimiento. El calentamiento regional y las sequias de finales del siglo XX desencadenaron el decaimiento forestal de los abetales, particularmente en zonas del Pirineo central y occidental con menos precipitación estival y mayor intensidad de talas en el pasado (las sequias de los años 80 y 90 provocaron que los abetares cruzaran el umbral fisiológico que les condujo a elevadas tasas de defoliación). Si el aumento de temperaturas va además acompañado de un descenso de humedad atmosférica, podría observarse un declive más generalizado del crecimiento, aumentando así la vulnerabilidad de estos bosques. Los abetales ibéricos están muy fragmentados y suelen formar bosques mixtos. Además constituyen uno de los límites meridionales de la distribución europea de la especie, siendo estas poblaciones las que han mostrado una mayor sensibilidad del crecimiento frente al aumento de la aridez. A diferencia de bosques de zonas más secas, en el caso de los abetares pirenaicos una reducción intensa de densidad podría favorecer su decaimiento, en vez de aliviar los síntomas del decaimiento. No está claro que la las talas y aclareos eviten fenómenos posteriores de decaimiento. La apertura de claros puede aumentar el déficit hídrico y perjudicar el funcionamiento fotosintético del abeto. Urge ejercer mayores esfuerzos de conservación y gestión de estos bosques, a menudo situados en espacios protegidos y sensibles (Red Natura 2000), que albergan grandes valores de biodiversidad o constituyen refugios para otras especies. Los autores recomiendan realizar un seguimiento de la evolución de los abetares (microclima, crecimiento, fotosíntesis, uso del carbono y del agua, genética, mortalidad, regeneración, sucesión presencia de patógenos, abundancia de madera muerta, etc.) para establecer un plan de conservación de las 8000 ha que aún nos quedan el Pirineo aragonés, entre ellas la de la Sierra Ferrera (T.M. Laspuña). Por último y en referencia al papel del muérdago, planta hemiparásita, en el decaimiento del abeto los estudios realizados indican que una infestación muy elevada del muérdago puede contribuir a “rematar” el árbol previamente debilitado por sequías, pero el muérdago no es en sí mismo un factor que determine el decaimiento del bosque. Datos obtenidos del estudio http://www.magrama.gob.es/es/cambio-climatico/temas/impactos-vulnerabilidad-y-adaptacion/cap18-eldecaimientodeabetarespirenaicoscomoparadigmadevulnerabilidaddelosbosquesanteelcambioclimati_tcm7-403995.pdf Otras publicaciones relacionadas: http://www.revistaecosistemas.net/index.php/ecosistemas/article/viewFile/40/36 https://imedea.uib-csic.es/master/cambioglobal/Modulo_V_cod101623/art%C3%ADculos%20conferencias/Cap14%20-%20Cambio%20global%20y%20decaimiento%20del%20bosque%202007.pdf Biodiversidad – Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático (PNACC) – Impactos, vulnerabilidad y adaptación – Cambio climático – magrama.es