El lobo reconquista el Pirineo.
La naturaleza recupera el terreno perdido también en el Pirineo. Después de siglos de persecución por parte de los humanos, y de forma sigilosa, el lobo vuelve a estar presente en algunas de las comarcas donde históricamente había sido uno de los grandes animales salvajes de referencia. De momento se desconoce el número de ejemplares -que con toda probabilidad es muy bajo- y no parece que exista ninguna población estable pero durante los últimos años se han detectado de forma casi constante algunos lobos por los bosques de las comarcas del norte de Catalunya, en especial en el Ripollès y la Cerdanya. El balance del 2015 y principios del 2016 del equipo de seguimiento de la Generalitat de Catalunya muestran indicios claros de que el lobo se encuentra a gusto en estas montañas. Además, por primera vez en la historia, la tecnología ha permitido conseguir la primera colección de imágenes diurnas y nocturnas del lobo en libertad en el Pirineo. Esta primera cacería fotográfica se ha conseguido con ayuda de un equipo de cámaras automáticas instaladas en puntos de paso del lobo y la constancia de los técnicos especializados en el estudio, seguimiento y protección de la fauna.”Las trampas fotográficos que ha colocado últimamente el equipo de seguimiento han comenzado a dar los primeros resultados y han permitido obtener imágenes de esta especie protegida en la comarca del Ripollès”, explica la Generalitat en el informe difundido este jueves 7 de marzo. Durante el 2015 se realizaron nueve observaciones de lobo que los técnicos han considerado fiables, seis en el Ripollès y tres en la Cerdanya. Las muestras genéticas no han podido determinar si se trata del mismo individuo detectado en 2012, 2013 y 2014 que, de manera itinerante, entra en Catalunya desde Francia. Este primer trimestre del año las ocho cámaras situadas en la comarca del Ripollès han captado seis momentos de paso de lobos, sin que se pueda determinar que se trate del mismo ejemplar o de varios. Las más recientes son del 4 de marzo. Estas fotografías, sumadas a las de finales de 2015 muestran que, de manera esporádica, el animal es todavía presente en Catalunya. Durante el 2015 y 2016 no se ha comprobado ningún presunto daño de lobo al ganado. De hecho, el último daño comprobado al ganado doméstico se produjo hace seis años en el Moianès. La Generalitat tiene activado un programa de ayuda y apoyo al ganadero similar al que se aplica en el caso del oso pardo. El año pasado los técnicos realizaron 37 itinerarios por la nieve para detectar rastros y este 2016 ya se han realizado 25. El mayor esfuerzo de prospección se está haciendo en el Ripollès y la Cerdanya, la zona donde se tienen más indicios de presencia de este cánido en el Pirineo central y oriental, tanto de la parte catalana como de la francesa. Los datos acumulados hasta ahora indican que todos los lobos detectados recientemente en Catalunya proceden de Francia. No se ha localizado ningún animal que provenga de las poblaciones ibéricas. En los años analizados se han identificado 14 ejemplares diferentes, con un máximo de cinco individuos coexistiendo en 2008. “Los hay que sólo se han detectado un año y otros que se han ido localizando en años sucesivos, alternándose con períodos de ausencia”, destacan los técnicos de la Generalitat. La información analizada muestra, en este sentido, que no existen evidencias de que exista una población de lobos establecida en el Pirineo, sino más bien individuos dispersos. Tampoco se tiene constancia de ninguna reproducción, recuerdan los especialistas. Desde el año 2000 se tiene constancia de la presencia de lobo en territorio catalán cada año. Los datos seguras provienen siempre de las comarcas de la Cerdanya, Alt Urgell, Berguedà, Solsonès y el Ripollès. Además, habría que añadir el Moianès, donde se detectó el año 2010. Las últimas evidencias continúan centrándose sobre todo en el Ripollès y la zona próxima de la Cerdanya. En el Ripollès, los datos comienzan a partir de 2004 y se hacen más notorias a partir de 2012. Los indicios obtenidos recientemente vuelven a ser pocos, sobre todo desde 2011, año en que ya no se detecta una presencia estable del lobo en la zona del Cadí. “Como novedad en el seguimiento del lobo, durante el 2015 se han instalado ocho cámaras fotográficas para intentar detectar su presencia. Estos aparatos son iguales a los que utiliza el grupo de seguimiento del oso y se disparan de forma automática con el movimiento de algún animal. Se han instalado de manera estratégica en puntos que se consideran posibles lugares de paso del cánido”, han explicado los técnicos del equipo de seguimiento. Fuente: la Vanguardia (7-4-2016).